Innovador proyecto busca potenciar la producción de uva vinífera en la provincia de Osorno.
Con la idea de potenciar la Agricultura Familiar Campesina de la provincia de Osorno, de manera asociativa y con un enfoque en el cooperativismo, la Universidad Santo Tomás está ejecutando el proyecto; “Desarrollo de nuevas oportunidades frutícolas en la región de Los Lagos en base al cultivo de vides”, gracias a recursos provenientes del Fondo de Innovación para la Competitividad – FIC – del Gobierno Regional, y que busca impulsar el desarrollo vitivinícola entre los pequeños productores de las comunas de San Pablo y San Juan de la Costa.
Rodrigo Moreno, director alterno del proyecto y reconocido impulsor de la vitivinicultura en el extremo sur de Chile, señaló que ya se han desarrollado experiencias exitosas de este tipo en la provincia de Osorno, “por ello nosotros vemos en este trabajo un gran potencial para la Agricultura Familiar Campesina, teniendo como objetivo primordial el poder instalar las competencias necesarias para la creación y el manejo de viñedos en la zona, lo que les permitirá a los beneficiarios generar una estrategia de negocio diferenciadora, que busca también fomentar el cooperativismo y la asociatividad de los agricultores”.
Moreno agregó que además la puesta en marcha de este proyecto significa también la generación de diversos beneficios, ligado todo ello al desarrollo, no sólo de las comunas involucradas en esta iniciativa, sino también de la provincia y región, “esperamos por ejemplo por un lado atraer a la juventud con nuevas oportunidades, evitando la migración campo ciudad, y demostrándoles que existen nuevas alternativas en su territorio, y por otro el desarrollo del turismo en estos sectores, ya que existen ejemplos en el mundo donde la existencia de viñedos genera diversos eventos y fiestas, donde conviven la venta de artesanía y productos típicos, lo que redunda en un importante progreso para la comunidad local”.
Este proyecto, que se ejecuta en las comunas de San Pablo y San Juan de Costa, tiene una duración de 18 meses, y considera un acompañamiento permanente a los agricultores involucrados en esta iniciativa, donde además de instalar las competencias para el manejo de viñedos, también se busca instaurar un trabajo colaborativo, generando una asociatividad entre los beneficiados.