Las mascotas: los grandes beneficios en el desarrollo emocional y la salud física de los niños. Por Dr. Franco Lotito C. /Académico, escritor e investigador (PUC-UACh)
Mientras que una investigación de la Universidad de Deakin, Australia, demostró que la tenencia de un perro como mascota puede reducir de manera significativa el riesgo de obesidad infantil, diversos expertos señalan que la presencia de una mascota contribuye a reducir las alergias, a fomentar la socialización en los niños, al mismo tiempo que puede ayudar en el tratamiento de los menores con trastornos por déficit atencional (TDAH).
Una serie de estudios relacionados con la tenencia de mascotas han demostrado que la presencia de un perro en el hogar no sólo brinda una buena –y leal– compañía, sino que representa, asimismo, un factor tremendamente positivo para la salud emocional y física de los niños.
El estudio realizado por un grupo de investigadores de la U. de Deakin liderados por el Dr. Jo Salmon, reveló que aquellos niños y niñas que tienen como mascota a un perro, tienen hasta un 50% menos de probabilidades de ser obesos o de tener sobrepeso, al comparar a este grupo de niños con otro grupo de menores que no tenían a un can en su hogar.
En este estudio –que se suma a otras investigaciones que dan cuenta de los beneficios que produce la relación entre las mascotas y los niños– el equipo de investigadores se dedicó a observar a 281 menores entre cinco y seis años y a otros 864 niños de entre diez y doce años pertenecientes a todos los niveles sociales y que asistían a diversas escuelas de la ciudad de Melbourne, en Australia. De acuerdo con los resultados obtenidos por el Dr. Salmon y su equipo, la razón de la reducción de las probabilidades de ser obeso o de tener sobrepeso, se debía al hecho, que tener una mascota incentivaba en los niños y niñas la actividad física, tanto porque los menores realizaban diversos juegos con sus mascotas, como así también por la actividad física involucrada al sacarlas a pasear.
El estudio del Dr. Salmon concluye, asimismo, que incluso aquellos niños que no salen a pasear al aire libre con sus mascotas obtienen un beneficio, por cuanto, con sólo el hecho de jugar con su mascota, los hace gastar más energías y calorías.
Por otra parte, una investigación publicada en la Revista de la Asociación Médica Americana puso de manifiesto que los beneficios de tener una mascota pueden ser múltiples. En dicho estudio, se llevó a cabo un seguimiento a 474 niños desde su nacimiento hasta que cumplieron los seis años. De este grupo de niños, 184 menores estuvieron expuestos a la presencia de animales desde su infancia, en tanto que el resto no.
Los resultados mostraron que aquellos niños que convivían con perros y gatos tenían la mitad de probabilidades de desarrollar alergias respecto de los menores que no tenían mascotas. La razón de por qué sucedía esto, lo demostró otro estudio realizado por la Universidad de Warwick, en Inglaterra, donde se observó que los niños que han estado en contacto directo con animales tienden a desarrollar un sistema inmunológico mucho más fuerte y potente, un dato que fue comprobado de manera científica, al realizar diversos análisis de los anticuerpos desarrollados por los niños. Además de lo anterior, estos menores asistían –en promedio– 18 días más a sus colegios que aquellos menores que no habían tenido contacto con animales.
Por otra parte, el hecho de tener una mascota exige que los menores aprendan a cumplir con ciertas reglas y tareas, tales como darles comida tres veces al día, cambiarles el agua, sacarlas a pasear, etc., todo lo cual, les va generando un sentido de responsabilidad por el bienestar de su mascota.
Otro aspecto que resulta importante de tener en consideración, es que las mascotas pueden ser un gran aporte en el tratamiento de aquellos menores con síndrome por déficit atencional. Lo anterior, debido al hecho que al darle esta tarea a un niño, quien, de ahora en más, deberá comenzar a respetar ciertos horarios, preocuparse por alimentar a su mascota a determinadas horas del día, sacarla a pasear, etc., gradualmente le ayuda a aprender que debe cumplir con diversas reglas y esquemas de conducta, a concentrarse en sus tareas y deberes y a establecer ciertas estructuras habituales de comportamiento, todo lo cual, representan áreas vitales que estos niños deben trabajar para efectos de controlar y superar su trastorno.
Asimismo, el afecto y cariño que les demuestran las mascotas a sus pequeños amos, les reafirma su autoestima, pues sienten que están haciendo algo bueno en favor de otro ser vivo, lo cual, les proporciona un alto grado de satisfacción.
Otro efecto positivo y de gran importancia que genera en los niños el tener una mascota, es que les ayuda a desarrollar el sentimiento de la empatía, por cuanto, dado el hecho que las mascotas no pueden hablar, los menores deben aprender a interpretar las necesidades y requerimientos de sus mascotas.
Digamos, finalmente, que los expertos aconsejan que los padres presten atención al tipo de mascota que le regalarán a sus hijos y que deben estar de acuerdo con la edad del niño(a), el espacio disponible en el hogar, así como las necesidades propias de los menores.