Investigación de la Universidad de los Lagos revela buena calidad de los sistemas de APR en la Provincia de Osorno.
Debido a la importancia que reviste la calidad del agua potable consumida por la población rural, la Universidad de Los Lagos realizó el proyecto RTI “Recopilación y Análisis de antecedentes y Diagnóstico preliminar de la calidad del agua de las APR de la Provincia de Osorno”, el cual evaluó la calidad microbiológica, física y química del agua que se utiliza para abastecer los sistemas de Agua Potable Rural (APR) de la Provincia de Osorno, incluyendo la visión de los gestores de cada sistema de APR sobre la calidad del agua que utilizan.
La región de Los Lagos concentra el 14,05% de los recursos hídricos del país, pero con una dificultad de acceso que ha existido por décadas, problema agudizado debido a la escasez hídrica de los últimos años, evidenciado en varios sectores de la región, siendo afectadas principalmente las comunidades rurales.
En este sentido, la Dra. Norka Fuentes, Directora del Laboratorio de Limnología del Departamento de Acuicultura y Recursos Agroalimentarios de la Universidad de Los Lagos y directora de este proyecto, explicó que “la población de la región que se abastece con este sistema de APR son 172.616 habitantes. Sin embargo preocupa tanto a autoridades regionales como organismos técnicos que aún existe una población de 200 mil personas en la región que no cuentan con este servicio. Solucionar esta problemática debería ser prioridad, considerando que el agua potable es un requisito básico para mantener las condiciones sanitarias mínimas de la población, sobre todo en el escenario actual para detener la propagación del coronavirus y proteger a la población”.
Se trata de la primera investigación de este tipo que se realiza en la región, cuyo estudio piloto se basó en seis APR de la Provincia de Osorno, ubicadas en zonas cordilleranas, valles y zonas costeras. El abastecimiento de agua potable hacia las comunidades rurales es un gran desafío técnico y administrativo, que los gobiernos deben enfrentar para cubrir las necesidades sanitarias de su población.
“Las problemáticas habituales que tienes estas APRs de la provincia y de la región, incluyen una alta dispersión de viviendas en el medio rural -lo que en muchos casos conlleva limitaciones de acceso-, utilización de tecnologías no convencionales para la provisión de agua y dificultad para recibir asistencia técnica y/o capacitaciones pertinentes con la calidad de este recurso. En este escenario, un gran número de países han implementado diversos programas para facilitar la adquisición de infraestructura que permita suministrar agua potable a las poblaciones rurales, pero entregando dichos sistemas a las comunidades para que asuman la responsabilidad en la operación y mantenimiento, lo que a veces trae problemas sanitarios y sociales por falta de asistencia oportuna del Estado, que deja en manos de privados la gestión de este vital recurso”, indicó la investigadora de la Universidad de Los Lagos, Dra. Norka Fuentes.
Estudio y Resultados
La Universidad de Los Lagos, a través de su programa Redes Territoriales de Investigación (RTI), se está insertando en los grandes desafíos de la región y del país, contribuyendo en su avance con aportes concretos para resolver diversas problemáticas productivas, ecológicas, sociales y públicas, buscando tender puentes entre el mundo académico, público, privado y social; para la co-creación de una investigación básica y aplicada que sea pertinente, con sentido, de calidad; abierta a la comunidad y ciudadana.
De igual forma, esta investigación se realizó en el marco del “Sistema Agroalimentario Sustentable, Cambio Climático y Biodiversidad”, una de las cinco Áreas Prioritarias de Investigación (API), definidas por la Universidad de Los Lagos, donde aseguran que abordar hoy el cambio climático y la sustentabilidad, es clave, además de contribuir a la co-construcción de respuestas locales a problemas globales, generando redes y conocimiento científico-tecnológico en sinergia a los diversos actores locales.
Es así como en las seis APR participantes se obtuvieron muestras de agua cruda (pozo o río), filtrada y clorada, porque interesaba evaluar la calidad de las fuentes de captación de agua de los APR, lo que constituyen las aguas superficiales y subterráneas. En el caso de las aguas subterráneas, su calidad química y pureza dependen de las condiciones hidrogeológicas de la cuenca, las condiciones naturales del suelo, y la contaminación difusa de las actividades humanas realizadas en superficie y en el caso de las superficiales (ríos), su calidad depende principalmente de las actividades antrópicas que se realicen en su entorno. “Además queríamos evaluar la eficiencia del tratamiento de filtración y cloración realizado en la APR y el agua potable que llegaba a los hogares, por lo que los datos obtenidos se correlacionaron con las actividades antrópicas del entorno y el tipo de suelo donde se ubicaban las diferentes APR”, sostuvo Norka Fuentes.
En este estudio, se evaluaron los parámetros físico-químicos: turbiedad, color, pH, hierro, manganeso, arsénico, nitratos, amoníaco, boro, cloruro, sulfatos, sólidos totales disueltos, coliformes totales y Escherichia coli. Las muestras fueron analizadas en laboratorios acreditados donde se compararon los umbrales de estos parámetros con la norma chilena NCh 409/1 del año 2005, la cual indica cuál es concentración máxima de diferentes parámetros físicos químicos para no poner en riesgo a las personas que beben el agua.
“Encontramos que 2 de las 6 APR, que justamente correspondían a las que tomaban el agua del río y no del pozo, la fuente del agua estaba contaminada por bacterias, pero gracias al proceso de cloración, el agua llegaba de buena calidad a los hogares. También encontramos que en 2 de las 6 APR, el hierro y el manganeso presentaron una concentración un poco elevada en el agua potable, debido principalmente a que se encontraban en los faldeos y valles próximos a la cordillera de la Costa, donde se han registrado yacimientos estratificados de origen sedimentario volcánico y rocas sedimentarias que a su vez son fuente importante de estos dos metales”, detalló la Dra. Norka Fuentes.
Pero a pesar que la concentración de hierro y manganeso son un poco mayor respecto a la normativa chilena en estas dos APRs, sigue correspondiendo a agua de muy buena calidad respecto a la Organización Mundial de la Salud, que indica que hasta 0, 4 mg/L de Manganeso y hasta 2 mg/L de Hierro, no implica un riesgo directo para la salud de las personas, afectando eso sí el sabor y apariencia del agua. “Además los operarios de las APR han realizado un buen trabajo y el agua que estaba llegando a los hogares estaba bien potabilizada. En definitiva la investigación arrojó que el agua que está llegando a los usuarios de zonas rurales es de buena calidad y cumple con los estándares de la norma chilena y de la OMS. Quedamos muy contentos con los resultados de este estudio piloto, realizado en la provincia de Osorno, la metodología empleada en la obtención de muestras fue idónea para poder determinar si el agua que ingresaba (agua cruda) era la que traía consigo altas concentraciones de los parámetros monitoreados o había un problema de filtración de las estructuras de instalación de las APRs (agua filtrada) o en la cloración del agua (agua potable), por lo que quisiéramos replicarlo en toda la región”, señaló la investigadora.
Trabajo con comités de APR
Este proyecto desarrollado por la Universidad de Los Lagos, también puso un énfasis importante en conocer la visión de los gestores de cada sistema de APR sobre la calidad del agua utilizada, una visión social que fue evaluada a través de 12 entrevistas semi estructuradas a personas que desempeñan funciones claves en la operación y gestión de cada APR.
Claudio Pareja, estudiante del Doctorado de Ciencias Sociales en Estudios Territoriales de la Universidad de Los Lagos, también fue parte importante de este trabajo con un contacto más directo con los integrantes de los APR para conocer su opinión y hacerlos partícipes del proyecto. Comentó que se vincularon con la Federación Nacional de APR para difundir los resultados del proyecto, donde también participó la Asociación Regional de APR.
“Los integrantes de los APR nos contaron cómo interpretaban si el agua era buena, las acciones que hicieron y cómo se iban capacitando para aprender a cuidar el agua. A veces tenían problemas con el cloro y se comunicaban con otros APR para aprender y tomar acciones. Con las entrevistas buscamos conocer las acciones que realizan para tener un agua de mejor calidad y darles a ellos la oportunidad de entregar su opinión sobre la relación con otras instituciones como la Autoridad Sanitaria, el Ministerio de Obras Públicas y la empresa Essal. Los operarios de APR están haciendo un buen trabajo, muy preocupados con todos los informes de los análisis de agua al día e interesados por mejorar el servicio”, comentó Claudio Pareja.
Estudios de esta naturaleza son tremendamente importantes para la región, dada las condiciones de escasez hídrica que estamos viviendo y la importancia de acceder a buena calidad del agua para la población. La Universidad de Los Lagos preocupada por esta realidad ha generado este estudio para aportar con resultados concretos al monitoreo técnico permanente de calidad del agua, que un APR debería tener, considerando que se trata de un elemento vital para la vida. Esperamos poder generar sinergias con el sector público y replicar el estudio a toda la Región de Los Lagos.