Parejas que optan por mantener camas separadas
Dr. Franco Lotito C. – www.aurigaservicios.cl
Académico, escritor e investigador (PUC-UACh)
A pesar de lo que muchas personas creen, el hecho de dormir en camas o habitaciones separadas no tiene por qué razón ser sinónimo de un quiebre, rompimiento o del colapso de una relación de pareja. Por el contrario. De acuerdo con diversos estudios, existe una serie de ventajas que van asociadas con esta decisión y a menudo puede representar la solución que permite enfrentar ciertas situaciones problemáticas, evitar roces entre la pareja, o bien, para que la relación se haga más atractiva, excitante y satisfactoria cuando la pareja ha caído en una suerte de monotonía.
Es el caso, por ejemplo, de aquellas mujeres que optan por separar camas cuando tienen parejas, cuyos ronquidos les hacen imposible dormir y lograr el descanso necesario para poder levantarse al día siguiente con energía y vitalidad, y poder así enfrentar el día laboral con buen ánimo y sin sentirse agotadas e irritables. Al respecto de esta situación, es relevante aclararle a la pareja afectada que la decisión no tiene nada que ver con el rechazo, un quiebre o con el fin del amor que se siente por el otro.
Existen diversas situaciones y/o hábitos de vida que llevan a tomar la decisión de dormir en habitaciones o camas separas: los ronquidos de uno de ellos, los turnos de trabajo que son incompatibles entre sí, tener un muy mal dormir (incluyendo el síndrome de la pierna inquieta), la afición por ver televisión o de leer hasta muy tarde, etc.
En ocasiones, son los mismos expertos quienes recomiendan que la pareja tome esta decisión por el bien de la relación, por cuanto, una de las ventajas de las camas separadas, es que permite que la intimidad de la pareja no tenga el carácter de “forzada”.
Tampoco resulta ser algo inusual que las parejas duerman en camas separadas como una forma de hacer más atractiva la relación, sacándola de la rutina de todos los días, por cuanto, de acuerdo con las declaraciones de numerosas parejas entrevistadas, a veces resulta “monótono tener el cuerpo de la pareja todas las noches en la misma cama”, en función de lo cual, el hecho de dormir aparte puede ser una fórmula para hacer que la relación sea más provocativa y excitante, ya que aumenta la necesidad de poner en práctica algunos juegos de conquista y seducción, ya que al no tener al otro al alcance de la mano, se incentiva con mayor facilidad el deseo de estar con la pareja.
Ahora bien, también existen razones que llevan a las parejas a tomar la decisión de separar camas que no tienen nada que ver con el plano de la sexualidad, por lo que resulta importante explorar y rastrear las causas de fondo que llevan a tomar esta determinación, cual es el caso, por ejemplo, de la necesidad de lograr un buen descanso o un sueño reparador. Es por ello, que resulta clave en la relación de pareja abordar cuanto antes el problema de los ronquidos como una dificultad para una de las partes, cuya única finalidad es poder conciliar y mantener el sueño durante la noche, y no enfocar este hecho como una crítica hacia el otro.
Incluso más. Para algunas personas el acto de dormir es una cosa privada y no algo que, necesariamente, tenga que compartir con la pareja, mientras que para otros resulta, simplemente, incómodo dormir en la misma cama. Es el caso, por ejemplo, de aquellas mujeres que acaban de tener un hijo.
El nacimiento de un hijo y todo lo que ello implica –amamantar cada ciertas horas, cambiar pañales regularmente, cuidar que el bebé esté bien, etc.– deja muy agotada a la madre, de modo que cualquier movimiento o ronquido de la pareja puede despertar a esta madre que intenta conciliar y recuperar el sueño, lo cual, puede llevarla a la exasperación y, como consecuencia de ello, generar agrias discusiones como fruto del cansancio y agotamiento.
También puede suceder que la decisión de separar camas permita solucionar algún tipo de conflicto existente en la relación de pareja, en función de lo cual, los expertos sugieren a las parejas dormir en camas o habitaciones separadas como parte de un proceso para solucionar desavenencias, pero nunca debe ser visto como una determinación con carácter definitivo, por cuanto, la idea de fondo, es evitar que se produzcan roces como consecuencia de una actitud defensiva-agresiva por parte de uno de los integrantes de la pareja.
En función de todo lo que se ha señalado previamente, es preciso que las parejas tomen en consideración los siguientes aspectos:
- Necesidad de equilibrar la estabilidad de la relación de pareja con creatividad: la monotonía en cualquier plano de la vida –incluyendo el tema de la sexualidad– puede terminar destruyendo y/o echando a perder una relación de pareja.
- Equidad: las decisiones al respecto de separar camas deben ser tomadas por ambos miembros de la pareja, ya que la relación debe basarse en un consenso y no en una imposición por una de las partes.
- Recordar lo bueno de la relación: cuando se producen conflictos se tiende a magnificar los defectos de la pareja, por lo tanto, resulta clave tener muy presente las virtudes y aspectos positivos que, una vez, despertaron el amor entre la pareja.
- Sentimientos, emociones y pasión: la relación no puede estar basada en un solo aspecto. El preámbulo del sexo –y las emociones que ello provoca– ayuda a mantener el romance vivo y presente.
- Autonomía: respetar los espacios individuales de cada pareja permite tener –y mantener– una mejor relación de convivencia diaria.
Recuerde, finalmente, lo siguiente: nunca deje de ser pareja con la finalidad de convertirse sólo en padres. Todos los especialistas concuerdan en que es preciso que las parejas aprendan a salir solas –y sin los hijos– con el objetivo de tener un espacio sólo para ellos, para divertirse y pasarlo bien juntos.