¿Desconocimiento? ¿Desidia? ¿Estupidez? O… ¿simple indiferencia?

Por Dr. Franco Lotito C.  –  www.aurigaservicios.cl, Académico, escritor e investigador (PUC-UACh)

 

Desde hace casi una década, nuestro país viene sufriendo una mega sequía que se extiende por casi todo el territorio nacional.

Actualmente, hay más de 80 comunas de cinco regiones de Chile –Coquimbo, Valparaíso, Metropolitana, O’Higgins y Maule– que están muy afectadas por la falta de lluvias y en las que se ha decretado escasez hídrica, condición que está teniendo consecuencias catastróficas, tanto para los seres humanos como así también para los animales, aves y fauna silvestre. Esta situación está considerada como la mayor crisis del agua de los últimos 50 años y está llevando a una penosa muerte a miles de animales por sed, hambre y desnutrición, imposibilitando, asimismo el cultivo de las tierras, porque no hay agua disponible para regar.

Ni siquiera regiones consideradas “lluviosas” como la Décima Región de Los Lagos y la Décimo Cuarta Región de Los Ríos han sido la excepción, hasta el punto, que el año pasado la Dirección Metereológica de Chile había situado a Osorno como una de las ciudades “más secas de Chile con un 77% de déficit”, al comparar el nivel de precipitaciones de un año normal con lo que estaba ocurriendo en la zona a igual fecha, a raíz de la escasez de lluvias. Una realidad que está directamente relacionada con el cambio climático, cambio que ha sido provocado por el propio ser humano.

La joven activista climática sueca, Greta Thunberg, inició en el año 2018 –con apenas 15 años de edad, por iniciativa propia y en forma solitaria– una huelga escolar ante el Parlamento sueco, expresando su reclamo en contra de la indiferencia de los distintos gobiernos del mundo –especialmente de los países más ricos y desarrollados– ante los grandes desastres ecológicos, climáticos y medioambientales que estaba sufriendo el planeta a manos del hombre y de las grandes empresas multinacionales. Fue Greta –y no sus padres– quien inició este movimiento local buscando generar conciencia sobre el cambio climático –movimiento que luego adquirió dimensión internacional– con un simple cartel hecho a mano por ella misma, que decía “HUELGA ESCOLAR POR EL CLIMA” (“SKOLSTREJK FÖR KLIMATET”).

Desde ese mismo instante, esta adolescente –que le plantó cara al sistema y al modelo económico extractivista imperante de una manera solitaria, sosegada y pacífica–, se convirtió en un símbolo y el grito de esperanza para una generación de jóvenes que se ha lanzado en contra de los poderosos y que busca cambiar el mundo.

Revisemos algunas cifras que son dignas de ser tomadas en cuenta:

  1. En el año 2017 alrededor de nueve millones de personas murieron sólo a causa de la contaminación ambiental.
  2. En ese mismo año más de 20 mil investigadores y científicos del mundo emitieron una severa advertencia a la humanidad: nos estábamos encaminando hacia una catástrofe climática y de sostenibilidad.
  3. Huracanes, tornados, tifones y lluvias torrenciales han ocasionado miles de víctimas mortales, han inundado ciudades y han destrozado naciones enteras.
  4. Las temperaturas se han disparado en algunos países llegando en estos últimos años a niveles nunca antes vistos: 53,9º C en Irak, 53,7º C en Paquistán, 49,6º C en Canadá, 49,1º C en Argentina y Turquía, 48,8º C en Italia, 47,4º C en España, etc.
  5. El derretimiento de gigantescos bloques de la Antártida y de diversos glaciares se ha producido a una velocidad récord.
  6. Hay más de 70 millones de migrantes y de personas desplazadas que recorren el mundo en busca de un mejor futuro para sí y sus hijos.
  7. El 10 por ciento de los países –y de la población– más rica del planeta, es directamente responsable de la mitad de “TODAS las emisiones de gases de efecto invernadero” que está destruyendo uno de los recursos naturales más importantes para la vida de los seres que habitan la Tierra: una atmósfera equilibrada y funcional.
  8. Gigantescas “islas de plástico” se pasean por los océanos contaminando y destruyendo el ecosistema oceánico. Para una de estas islas, se ha calculado una superficie de más de 710.000 kilómetros cuadrados de puro plástico, es decir, sólo un poco menos que toda la superficie de Chile continental, es decir, 756.000 kilómetros cuadrados.

Expertos como el Dr. James Hanson, físico, climatólogo, profesor de la Universidad de Columbia y ex Director de Instituto de Estudios Espaciales Goddard de la NASA, el Dr. Keith Larson, un ecologista evolutivo, profesor de la Universidad de Umea, Suecia, con más de 30 años de experiencia en el campo de las investigaciones sobre cambio climático, el Dr. Kevin Anderson, consejero del Gobierno británico para la cuestión climática, profesor de la Universidad de Manchester y Director del Centro Tyndall para Investigaciones del Cambio Climático y muchos otros expertos más, han destacado la vertiginosa rapidez con la que el hombre está devastando y contaminando el planeta. El Dr. Anderson califica al ser humano como un “meteorito con conciencia”, es decir, un ser que tiene plena conciencia de que está destruyendo a su propio hábitat y, aún así, es incapaz de detenerse en su camino hacia la autodestrucción.

Hoy, son miles los jóvenes que se han sumado a la cruzada de Greta con la finalidad de salvar a nuestro único hábitat de la depredación a la que han sido sometidos los bosques, océanos y recursos naturales por parte de las multinacionales –con el beneplácito de sus respectivos gobiernos–, despreciando totalmente el bien común, así como también los intereses y las necesidades de la gran mayoría de los habitantes del planeta.

Muchas empresas –a sabiendas, y a pesar de estar conscientes del grave peligro que corre la humanidad– han continuado ganando sumas exorbitantes de dinero a costa de destrozar el clima y los diversos ecosistemas, ya sea por medio de la tala brutal de los bosques, el uso de una agricultura industrial, la contaminación de ríos y lagos, la acidificación de los océanos y la sobrepesca, factores que contribuyen de manera muy rápida a contaminar el medio ambiente y acabar con la biodiversidad.

La pregunta, que obligatoriamente, debemos hacernos es la siguiente: si Greta Thunberg, una niña de 15 años, diagnosticada con un  trastorno del espectro autista, un trastorno de alimentación, mutismo selectivo y un trastorno obsesivo compulsivo, fue capaz de iniciar este gran movimiento internacional en favor del clima, del medio ambiente y de la vida del mismísimo ser humano ¿cuántas cosas más podríamos hacer todos nosotros, es decir, aquellos que no sufrimos de ninguno de estos trastornos?

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