Siete fórmulas para atraer fieles seguidores
Por Dr. Franco Lotito C. – www.aurigaservicios.cl – Académico, escritor e investigador (PUC-UACh)
“Liderazgo: el arte de lograr que nuestros colaboradores y seguidores realicen lo imposible” (George C. Patton, general del Ejército de los Estados Unidos).
En cualquier organización y en todo ámbito del quehacer humano, ya sea público o privado, más a menudo de lo que uno piensa, una sola persona puede significar la diferencia entre el éxito o el más rotundo de los fracasos.
Si usted decide que quiere convertirse en un líder, entonces usted puede ser esa persona que hace la diferencia y que logra llevar el proyecto, la meta o un objetivo determinado por el camino del éxito.
En este sentido, todo aquel que busca –o desea– transformarse en un verdadero líder y tener seguidores que le sean fieles bajo cualquier circunstancia o condición, debería tomar en cuenta y prestar mucha atención a lo que el Dr. William A. Cohen nos presenta en uno de sus libros titulado “El arte de ser líder”, donde pone en evidencia lo que significa el ejercicio de un liderazgo ético y de cómo es posible ejercer un impacto y una influencia positiva en el comportamiento de las personas.
De más está decir, que el Dr. Cohen posee todas las atribuciones para poder hablar de liderazgo con propiedad, ya que es uno de los pocos generales de la Fuerza Aérea norteamericana con el grado de doctor en Filosofía y Dirección Ejecutiva y, por cierto, un reconocido experto en liderazgo.
Revisemos, entonces, algunas de las fórmulas y/o métodos que el Dr. Cohen nos señala:
- Haga sentir importante a las personas: la gente lo seguirá sin titubear cuando usted como líder haya hecho sentir importante a las personas, no cuando usted se haga el importante ante ellas. El liderazgo ético representa el recto uso del poder y el acto de hacer sentir bien a las otras personas en relación con la ejecución de sus tareas e ideas, refleja la esencia del liderazgo.
- Promueva y dé a conocer su visión: nadie se sentirá impulsado a seguirlo sólo porque usted haya decidido que quiere hacer de líder. Lo relevante, es que usted tenga una idea clara de hacia dónde quiere conducir al grupo que lidera, por cuanto, usted debe promover la idea y/o visión que guía su conducta y convencer a aquellas personas que lidera, que el objetivo a lograr vale la pena y todo el esfuerzo que se haga.
- Trate a los demás como usted desearía ser tratado: aquí tenemos una “regla de oro” o “ley de oro” de los antiguos griegos, en relación con la cual, de seguro que usted no querría –ni ninguna otra persona– seguir a un individuo que lo trate a usted de manera indigna, de mala forma o que sea un sujeto abusador. Por otra parte, aquellos líderes que mantienen una autoestima positiva pueden tener efectos asombrosos y pasmosos sobre sus seguidores, porque son capaces de generar –desde su propia autoestima– una estima positiva en los demás y éste es un factor básico en la capacidad para dirigir personas. La razón es muy simple de comprender: la gente ama a otras personas no por lo que son, sino que por aquello que nos hacen sentir.
- Hágase responsable de sus propias acciones y de las acciones de aquellos que usted dirige: si usted no hace lo que se pide en este punto, de inmediato ha dejado de ser un líder que pueda validarse ante sus seguidores y en el cual la gente pueda confiar. Al respecto, es preciso señalar, que un verdadero líder aprende rápidamente que él puede delegar el poder y la autoridad que tiene en otra persona, pero jamás podrá delegar su responsabilidad: ésta es totalmente suya.
- Felicite a su gente en público y critique a sus colaboradores en privado: si alguno de sus seguidores se ha hecho merecedor de unas felicitaciones, hágalo de tal forma, que todo el mundo se entere y lo sepa. Por otra parte, si alguien se ha ganado su molestia, su rabia o incomodidad, asegúrese que sólo esa persona lo sepa, por cuanto, si usted hace notar su molestia en forma pública y ante un grupo de gente que está observando lo que usted está haciendo, habrá humillado a la persona objeto de su rabia y se ganará gratuitamente un enemigo para toda la vida, así como también el rechazo de todas aquellas personas que observaron su equivocado proceder.
- Preocúpese de observar atentamente lo que sucede alrededor suyo y, al mismo tiempo, hágase ver por las personas que están en el entorno. La razón para destacar este aspecto es muy simple: usted debe llevar a cabo lo que se denomina una “gestión itinerante”, es decir, ir a todas partes donde se requiera su presencia, a fin de poder enterarse de primera mano qué es lo que está sucediendo en la empresa o en la institución donde usted se desempeña, con la finalidad de corregir y arreglar todo aquello que está mal y, al mismo tiempo, capitalizar todo aquello que está bien. Es la única forma que tiene a mano para demostrarle de manera fehaciente a sus seguidores, que usted es un sujeto comprometido hasta la médula de los huesos y que está con su gente en las buenas y en las malas. Este es uno de los principios básicos del trabajo en equipo: o “nos salvamos todos o nos hundimos todos”.
- Use la competencia para hacer del esfuerzo conjunto un juego atractivo: a la gente le encanta competir. Es el gran secreto que se esconde detrás de los resultados exitosos que se logran en los deportes. Es el secreto detrás de los increíbles logros que se alcanzan en todo tipo de actividades, por lo tanto, si usted es capaz de utilizar la “competencia como una fuerza positiva, motivadora e impulsora para alcanzar los objetivos y las metas propuestas”, usted se habrá convertido en un líder de excelencia. Con mayor razón, si usted ha tomado en cuenta –y en gran consideración– el bien común por sobre los intereses individuales o personales: ese es el verdadero líder que consigue fieles seguidores hasta el final.