El éxito del tratamiento con inhaladores para tratar el asma depende principalmente de la correcta técnica

El uso de inhaladores es el principal tratamiento para los pacientes con asma. Sin embargo, la forma en que una persona usa el dispositivo es fundamental en el manejo de la patología. Esto tiene particular relevancia si se consideran investigaciones que indican que hasta el 90% de las personas con asma (según el dispositivo y la población de pacientes) no usan sus inhaladores correctamente, es decir, demuestran una técnica de inhalación incorrecta1.

El kinesiólogo Osvaldo Cabrera, quien cuenta con amplia experiencia en el tratamiento del asma, explica que si el paciente tiene una mala técnica influirá directamente en el éxito del tratamiento, así como en su situación clínica. “Cuando una persona se hace una inhalación o un “puff” (como es conocido), sólo entre el 30 y el 40% de la cantidad de fármaco que sale del inhalador es lo que llega a los pulmones, debido a errores en su aplicación. El resto del medicamento queda en la aerocámara, muchas veces en la boca o en la garganta o incluso puede perderse en el aire. De esta forma, muchas veces lo que llega al pulmón es sólo 10, 5 o hasta 0% del fármaco”, detalla.

En este sentido, agrega Cabrera que en el manejo de la enfermedad es clave el rol del kinesiólogo. “Un paciente mejora con un abordaje integral, que implica el tratamiento médico apropiado, con los inhaladores que realmente necesita, y el aporte del kinesiólogo enseñando al paciente cómo usar correctamente los inhaladores, qué ejercicio respiratorio se puede utilizar y qué programa de entrenamiento puede realizar para sentirse mucho mejor”, afirma.

Además, hoy existen diferentes tipos de dispositivos o inhaladores, así como variedad de medicamentos que facilitan la correcta aplicación a los pacientes.

El kinesiólogo añade que la mala técnica inhalatoria implica, además, un problema importante para el sistema de salud, porque el paciente muchas veces debe recurrir a los servicios de urgencia y hasta requerir hospitalización con los costos económicos que esto implica.

Por su parte, la Dra. Paulina Trujillo, médico especialista en enfermedades respiratorias de adulto, miembro del equipo de asma grave del Instituto Nacional del Tórax, agrega que dado que el asma es una enfermedad inflamatoria, está ampliamente demostrado que el uso de corticoides inhalados mejora el control de los síntomas. “Este tipo de fármacos se usa en forma permanente y mantiene al paciente estable. A este tratamiento se pueden agregar aliviadores como el salbutamol, pero no se recomienda usarlo como única terapia, sino sólo como rescate. En caso de que el paciente tenga la necesidad creciente de usar estos tratamientos aliviadores, quiere decir que no hay buen control de la enfermedad y se sugiere acudir al médico para ajustar su terapia”, precisa.

¿El frío agrava el asma?

Los especialistas explican que los pacientes asmáticos manifiestan sensación de falta de aire, sibilancias o “pitos” al respirar, tos habitualmente seca, opresión en el pecho. Estos síntomas son variables en el tiempo y en intensidad, por lo que pueden no interferir en su vida diaria o pueden presentarse como una crisis o ataque de asma que necesita evaluación en un servicio de urgencia. Sin embargo, “si su asma está controlada, los pacientes pueden hacer cualquier ejercicio que ellos quieran realizar y llevar una vida lo más normal posible”, asegura Osvaldo Cabrera.

Ad portas de la llegada del invierno, la Dra. Paulina Trujillo revela que no es real que el frío agrava el asma, aunque los pacientes suelen reportar aumento de los síntomas. “El frío y el aire seco pueden desencadenar síntomas de asma en personas que están sin tratamiento, quienes pueden sentir sensación de falta de aire, tos y/o sibilancias de predominio en la noche o en las primeras horas de la mañana, además, en invierno aumenta la circulación de virus respiratorios responsables de infecciones en la población general, y en los pacientes asmáticos producen exacerbaciones”, recalca.

 

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