Más de siete toneladas de residuos eléctricos y electrónicos fueron recopilados durante la Reciclatón de Refinería Aconcagua

Cinco fueron las jornadas de reciclatón que organizó ENAP Refinería Aconcagua en diciembre, cuatro de ellas en la comuna de Concón y una en Quintero. El resultado: la recopilación de 7.7 toneladas de aparatos eléctricos y electrónicos domiciliarios en desuso.

La iniciativa fue impulsada en colaboración con Ecoruta Vecinal y la empresa recicladora Bellbast y busca generar conciencia sobre reciclaje de artefactos como computadores, celulares, secadores de pelo, televisores, aspiradoras, entre otros que habitualmente se desechan y contribuyen a la contaminación.

El jefe de la División Comunidades de ENAP Refinería Aconcagua, Marcelo Baeza, explicó que el reciclaje “es una herramienta para disminuir la carga de los vertederos, reduciendo la contaminación y contribuyendo al uso responsable de los recursos”. Esto se suma a otras actividades de ENAP en la comuna, como el Punto Limpio de Concón, inaugurado en 2016 con Ecoruta Vecinal; el programa Reciclaje Barrial, con 13 puntos verdes en diversos sectores de Concón y que ha entregado contenedores para el reciclaje a establecimientos socios de la Asociación Gremial de Turismo.

“Concón es una de las comunas más motivadas de la región porque nos hemos preocupado, con el compromiso de ENAP, de mantener este tipo de proyectos. Y eso es importante porque se ha ido generando una cultura del reciclaje, sobre todo de los residuos electrónicos. Los vecinos esperan este tipo de instancias”, explicó gerente general de Bellbast, Juan Carlos Bello.

Sara Sepúlveda, dirigenta de la Junta de Vecinos El Carmen, uno de los puntos de recolección que tuvo esta iniciativa, dijo que espera que la instancia se repita “ojalá se haga con más periodicidad y se amplíen los sectores de Concón donde se reciben los aparatos, porque a las personas sí les importa reciclar. Nosotros (junta de vecinos) tenemos un punto verde y vemos que la gente sí está dispuesta a reciclar”.

Bello agregó que luego de recolectar los residuos, su equipo analiza cada artefacto para su revalorización o reutilización. “Si al residuo electrónico no se le puede alargar la vida útil va a un proceso de desarme y eso lo enviamos a distintas industrias para su revalorización, que sirve y que no, porque se puede reutilizar los cables de cobre, por ejemplo. En el caso de los residuos peligros -como las baterías- van a disposición final segura en un relleno de seguridad, que es lo único que tenemos en Chile”, explicó.

Durante la pandemia se revalorizaron computadores recopilados en recilatones anteriores, uno de ellos fue entregado a costo cero a una alumna de Concón que requería el dispositivo para conectarse a clases.

 

 

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