Estrategias para manipular a la gente, es decir: nosotros
Por Dr. Franco Lotito C. – www.aurigaservicios.cl – Académico, escritor e investigador (PUC-UACh)
Lo primero que es preciso hacer, es aclarar el significado que tiene la palabra “manipulación”, especialmente, cuando frente a nosotros aparece el concepto “manipulación emocional”, ya que esta situación se produce cuando una persona, un grupo político, un grupo económico o el gobierno mismo intentan –de manera encubierta y solapada– ejercer algún grado de control o influencia en el comportamiento de otra persona –o grupo de personas–, utilizando diversas técnicas de persuasión (incluso de sugestión), con la finalidad de anular y/o eliminar la capacidad crítica de la gente, del grupo de personas o de una sociedad entera sobre la cual se quiere ejercer la manipulación, una acción que, sin excepción, siempre trae aparejada lo que se denomina una “agenda oculta” que solo beneficia a los manipuladores.
En este sentido, la “agenda oculta hace referencia a ciertas intenciones por parte del manipulador hacia otra persona, pero que no son reveladas en forma abierta” –y que el sujeto, el grupo político o el gobierno manipulador esperan que nunca serán descubiertas–, con la finalidad última de conseguir un determinado objetivo que, como ya se adelantó, sólo beneficiará a quienes ejercen la manipulación.
La escritora y filósofa de origen ruso Ayn Rand, nacionalizada estadounidense, hizo una aseveración hace casi 100 años atrás que hoy es, lamentablemente, toda una realidad, aseveración que cito a continuación:
“Cuando te das cuenta, que para producir necesitas obtener la autorización de aquellos individuos que no producen nada. Cuando compruebas que el dinero va a las manos de aquellos que trafican no con bienes, sino con favores políticos. Cuando te das cuenta que muchos se hacen ricos gracias a sobornos e influencias y no por su trabajo o esfuerzo, y que las leyes no nos protegen de estos sujetos, sino que por el contrario, son ellos los que están protegidos. Cuando te das cuenta que la corrupción es recompensada y la honestidad se convierte en auto sacrificio, entonces podrás afirmar sin temor a equivocarte que la sociedad a la que tú perteneces está irremediablemente condenada”.
Del mismo modo, se puede asegurar que, tal como lo señalaba el escritor y filósofo británico Aldous Huxley, una “dictadura perfecta tiene la apariencia de una democracia, pero en realidad es, básicamente, una prisión sin muros en la que los presos ni siquiera soñarían con escapar”. Esta sociedad, según Huxley, sería, esencialmente, un sistema de esclavitud en el que gracias al exceso de consumo, falsedades y una entretención de carácter chabacana, los esclavos amarían su servidumbre.
Y… ¿cómo se logra tal estado de situación? Muy simple: por intermedio de una serie de estrategias de manipulación identificadas y estudiadas por el investigador, lingüista, filósofo y politólogo estadounidense Noam Chomsky. Revisemos cada una de ellas:
- Aplicación de la gradualidad, es decir, a través de la imposición –lentamente y poco a poco– de normas que, en rigor, son inaceptables, con el propósito de evitar protestas, alzamientos o revoluciones por parte de la gente.
- Creación de distracciones, con la finalidad de evitar que la gente preste atención a los temas que de verdad son importantes.
- Creación de problemas ficticios a propósito, a fin de ofrecer, posteriormente, soluciones mágicas que nunca fueron necesarias.
- Infantilización de las personas: al igual que ciertos avisos publicitarios que dan la impresión de que fueron creados para gente con retardo mental, en este caso, los grupos –políticos, económicos, religiosos, etc.– que usan la manipulación ven y tratan a la gente como si fueran niños pequeños y/o adultos interdictos sin capacidad para reflexionar o para pensar y actuar en forma crítica.
- Idiotización de la gente, es decir, hacer creer a la población que ser estúpido, vulgar o mediocre es la moda o la tendencia que hay que seguir e imitar.
- Hacer de la emocionalidad una suerte de religión, cuyo fin último es lograr reprimir o eliminar el pensamiento crítico y racional en las personas, y dar rienda suelta a las emociones, acompañada, en ocasiones, de violencia guiada exclusivamente por los grupos de interés.
- Generar autoculpabilidad, es decir, apuntar todos los esfuerzos para lograr que la gente se deprima y lleve una vida sin mucho sentido y, por esta vía, inhibir todo tipo de reacción o rebeldía en contra de los grupos dominantes o de élite.
Lamentablemente, nuestra actual sociedad está siendo constantemente atacada y bombardeada –de manera encubierta– por parte de los diversos grupos de interés a través de todas y cada una de las estrategias de manipulación identificadas por el científico y estudioso Noam Chomsky.
La única esperanza que queda, es que la población despierte, finalmente, del letargo y apatía en la que ha caído, y decida poner fin a esta despreciable forma de actuar por parte de los grupos de interés, sean estos grupos de carácter político, económico o religioso.