El Poder Oscuro detrás del Cargo: Alibaba, Karadima, Hermosilla y corrupción
El nombramiento de Sergio Muñoz como Director General de la Policía de Investigaciones prometía una era de mesura y prudencia en el liderazgo. Sin embargo, su caída debido a las filtraciones de información confidencial ligadas Luis Hermosilla, revela un paralelo inquietante con oscuros episodios del pasado.
Las filtraciones, vinculadas a casos emblemáticos como la compraventa de la Minera Dominga y la presunta intervención del ex Presidente Sebastián Piñera en favor del casino Enjoy, apuntan hacia un entramado de corrupción y tráfico de influencias. Hermosilla, al igual que Karadima en su momento, parece mover los hilos desde las sombras, buscando colocar a personas afines en posiciones de poder.
La revelación de conversaciones que implican a Hermosilla en el nombramiento de al menos dos ministros, se suma a la sombría imagen de un individuo cuyo narcisismo y ansia de poder corrompen las instituciones desde dentro. La comparación con Karadima, quien supuestamente influyó en el nombramiento de cinco obispos afines, es inevitable.
La pasividad de los políticos ante estas revelaciones solo amplifica la sensación de impunidad que rodea a figuras como Hermosilla. El silencio cómplice ante la advertencia de “más de mil mensajes sin borrar” evoca la época de Al Capone, donde el crimen y la corrupción campaban a sus anchas.
La historia nos enseña que las malas acciones siempre encuentran su retorno. Individuos como Hermosilla son un cáncer que corroe nuestra institucionalidad y socava la confianza en la justicia. Es hora de enfrentar esta corrupción con determinación y transparencia, restaurando la integridad de nuestras instituciones y demostrando que la justicia es, y debe ser, igual para todos.