La externalización de servicios digitales es una necesidad para las empresas en la era digital

En un mundo cada vez más digital, donde la agilidad y la innovación son claves para el éxito, las empresas se enfrentan al desafío de contar con las habilidades y recursos necesarios para mantenerse a la vanguardia. Por lo mismo, independientemente de su sector, muchas firmas se han convertido en entidades tecnológicas, incorporando núcleos de desarrollo digital in-house. Sin embargo, eso no las convierte automáticamente en expertas en este tipo de soluciones.

El Head of Platform Strategy de Apply Digital, Felipe Silberstein, explica que la externalización de estos servicios es una “necesidad” y que “es fundamental para muchas organizaciones, ya que les permite acceder a un conocimiento especializado, optimizar costos y potenciar su crecimiento”.

Es más, el experto asegura que “la pregunta ya no es si externalizar o no. Lo importante es saber cómo hacerlo y reconocer quién es un buen partner para tu negocio, con el cual puedas trabajar a largo plazo, o a quien puedas acudir cuando quieres elevar tu esfera digital”.

Y es que las nuevas tecnologías otorgan actualmente la flexibilidad para integrar y desvincular recursos según sea necesario, dejando de lado extensos compromisos con un solo proveedor.

Dicho eso, Apply Digital propone un trabajo en equipo donde hay recursos compartidos que se benefician con la entrada a procesos by doing, logrando una sinergia entre los conocimientos de la empresa con los del partner de servicios digitales. “El conocimiento no es temporal, sino intrínseco de la empresa. Nosotros los apoyamos a su vez con gente flexible y con canales de comunicación cada vez más ágiles”, explica Silberstein.

Cabe destacar que el mundo de la externalización de servicios se ha potenciado, evolucionando radicalmente en la última década, alejándose de la antigua práctica de buscar soluciones económicas en lugares distantes, como India por ejemplo, donde el cliente es incapaz de determinar cómo se armó su requerimiento, o ser parte del proceso de toma de decisiones.

Hoy, la tendencia se inclina hacia un modelo de trabajo más colaborativo y participativo, marcado por el concepto de agilidad en el desarrollo de software. La adopción de tecnologías más accesibles y prácticas de desarrollo ágil ha democratizado la participación en los proyectos, involucrando a más personas en el proceso y minimizando los riesgos históricamente asociados con la externalización.

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