Cuando el consumidor se vuelve un experto en estrategias de ahorro
Por Maximiliano Narducci – Customer Success Retail Vertical Leader en NielsenIQ Chile
En un contexto donde la inflación y la tasa de desempleo terminaron a la baja durante 2023, con una proyección al alza del IMACEC para 2024 y con un IPC que también va en desaceleración después de un 2023 que impactó a los consumidores chilenos por las alzas de precios, puede verse una agudización de la caída del consumo, pese a la desaceleración sostenida de precios.
Solo el 42% de la población en Chile es optimista con respecto a su situación financiera dentro de este 2024, un porcentaje menor al de la población en Latinoamérica, que promedia un 56%.
En este sentido, observamos a un consumidor más cauteloso con sus gastos, que prioriza el consumo en necesidades básicas y marcas más económicas, buscando también los canales más económicos para sus compras, enfrentado nuevas puntas de precios, las cuales pasaron de $1.000 a $2.000 y $3.000, y debiendo asumir nuevas estrategias para maximizar su presupuesto. Es por esto que no vemos una recuperación de la demanda, por el momento.
Si bien todos los canales se han visto afectados por la baja del consumo, son los supermercados los que han sentido con mayor fuerza este descenso, con una caída del 8% en el consumo registrada durante el 2023.
Por su parte, el canal tradicional viene creciendo en canastas que no eran relevantes para este canal anteriormente, como alimentos, aseo hogar, lácteos y tissue. Tenemos que entender que, antes de la pandemia, el canal tradicional se enfocaba en su mayor medida en bebidas alcohólicas y no alcohólicas, lo que posteriormente disminuyó su importancia debido al aumento de surtido ante una demanda creciente del consumidor, buscando nuevas opciones de proximidad debido a los cierres de tiendas de pequeñas superficies de supermercados. Esta estrategia ya quedó establecida en este tipo de negocios.
Otra diferencia entre ambos canales también se ve reflejada en la baja de la compra por ocasión. Mientras en el tradicional los consumidores compraron un 4% más de unidades por cada viaje de compra, en los supermercados fue un 16% menor; sin embargo, los supermercados tienen más unidades de compra por acto que el tradicional, aproximadamente 19 unidades versus 7 unidades (fuente: NIQ Homescan).
Si observamos el promedio de ventas diarias, en general la primera semana del mes sigue ganando importancia, alcanzando un 25% durante el último año, mientras que en el detalle diario son los sábados y domingos los que alcanzan un peso histórico del 35%, consolidando la tendencia que se viene impulsando desde el fin de la pandemia.
Asimismo, se aprecia un crecimiento sostenido de la relevancia de ferias y otros canales emergentes, especialmente en segmentos socioeconómicos C3 y DE, situación contraria en el ABC1 donde se impone el eCommerce en un mercado dominado por los supermercados, que gozan del 73% de la preferencia como canal de compra (NIQ Homescan).
De tal forma, podemos destacar el gran desarrollo de la venta online del canal supermercados, que alcanzó un peak histórico en importancia de valor anual, donde el 6,1% de las ventas del canal fueron a través de los portales .CL de todos los retailers.
En resumen, el consumidor chileno, en un contexto de “presupuesto ajustado”, sigue dando cuenta de los beneficios de la omnicanalidad, acercándose a las ferias por precio o al canal tradicional por cercanía y menor desembolso en compras de reposición, pero a su vez se identifica con un alza histórica del eCommerce del canal Supermercados que lo situó en su desarrollo más alto en importancia en ventas y con más camino de crecimiento por recorrer.