Análisis Fundación Familias Primero: Caída en la cobertura de pre-kínder alerta sobre retroceso en educación inicial
Un análisis realizado por Fundación Familias Primero, a partir de datos del reciente Informe de Caracterización de la Educación Parvularia 2024 de la Subsecretaría de Educación Parvularia y la Encuesta CASEN 2022, revela una preocupante tendencia a la baja en la matrícula de educación inicial en Chile.
Según el informe, la matrícula oficial de Educación Parvularia en 2024 cayó a 710.934 niños y niñas, de un total de 1.417.322 en ese rango etáreo, lo que representa una disminución del 2,9% en comparación con 2023.
Desde 2019, el sistema ha perdido 105.880 matrículas, lo que equivale a una caída del 13%. La baja más significativa se dio entre 2019 y 2021, cuando la pandemia afectó gravemente la asistencia y la inscripción en este nivel educativo.
Sin embargo, los datos muestran que la tendencia sigue a la baja, con una nueva disminución en el último año, lo que sugiere un problema estructural más allá del impacto de la crisis sanitaria.
La cobertura
Es clave distinguir entre matrícula y cobertura. Si bien la matrícula puede disminuir debido a la baja en la natalidad, el verdadero problema es la caída en la cobertura.
La cobertura mide la cantidad de niños matriculados en relación con los que deberían estarlo según su edad. Y en este punto, pre-kínder (NT1) ha sufrido un desplome del 7,2% entre 2023 y 2024.
Esto significa que, aunque hay cupos disponibles, las familias no están matriculando a sus hijos en este nivel educativo, consolidando un retroceso en el acceso a la educación inicial.
“No solo enfrentamos un problema de inasistencia, sino que los padres directamente no están matriculando a sus hijos en prekínder. También se visualiza una baja en la cobertura de medio mayor y kínder. Esto es grave porque marca un retroceso en el acceso a la educación temprana, que es clave para el desarrollo infantil”, advierte Anne Traub, directora de Fundación Familias Primero, la red de tutorías en primera infancia vulnerable más extensa de Chile.
Según datos de la Encuesta CASEN 2022, las principales razones por las que las familias no matricularían a sus hijos en educación parvularia son:
- “No es necesario porque lo(a) cuidan en la casa” (64,2%)
- “No me parece necesario que asista a esta edad” (20,6%)
Ambas razones suman un 85%, lo que evidencia una percepción cultural instalada de que la educación inicial no es una prioridad.
“Es fundamental entender si esta razón ha escalado a los niveles mayores de educación parvularia. La ausencia de prekínder y kínder no solo afecta el desarrollo infantil, sino que es un fuerte predictor de abandono escolar, lo que puede condicionar el futuro académico y laboral de un niño”, enfatiza Traub.
El impacto en las familias: educación inicial y empleo materno
La baja en la matrícula de prekínder no solo afecta a los niños, sino también a sus familias, en particular a las madres. La falta de acceso a educación parvularia limita las oportunidades laborales de las mujeres, ya que muchas no pueden salir a trabajar si no tienen un lugar seguro donde dejar a sus hijos.
“Si logramos que los niños inicien su educación con bases sólidas y rutinas consistentes, contribuimos no solo a su bienestar, sino también al de toda la familia. Será una casa más ordenada, con mayores certezas, lo que permitirá una mejor calidad de vida de todos sus integrantes. Será una madre con más oportunidades laborales, porque habrá certezas de cuáles son, por ejemplo, los horarios” explica Anne Traub.
Este impacto en la empleabilidad materna refuerza el ciclo de desigualdad: sin acceso a prekínder, las madres, especialmente en sectores vulnerables, enfrentan mayores dificultades para insertarse en el mundo laboral, lo que repercute en la economía familiar y en el bienestar del hogar.
Conclusión: Urgencia de un cambio cultural y políticas públicas decididas
El informe también destaca que, a nivel de dependencia, la mayoría de la matrícula en educación parvularia se encuentra en:
- Particulares subvencionados: 42,2%
- JUNJI: 24,3%
- Escuelas municipales: 13,2%
La disminución ha sido transversal a todos los tipos de establecimientos, lo que subraya la necesidad de abordar esta crisis de manera integral.
Desde el Ministerio de Educación han reforzado los llamados a la asistencia, pero Traub insiste en que esto no es suficiente:
“Se requiere una campaña decidida para incentivar la matrícula en los niveles iniciales. La inversión en educación inicial debe ser una prioridad. No podemos seguir resolviendo con medidas a medias. Cada dólar invertido en esta etapa genera un alto retorno en el PIB y previene problemas como la deserción escolar o la delincuencia juvenil.”
Para Fundación Familias Primero, el desafío es cambiar la percepción de la educación inicial, desde la política pública hasta las familias, y movilizar al país para que valore la educación desde la primera infancia.
“Todavía muchas familias ven el prekínder o kínder como una guardería o un servicio asistencial, cuando en realidad son la base del futuro social, académico y profesional de un ser humano. Si queremos un país más justo y con oportunidades reales, hay que invertir en la educación desde el inicio y sumar a la familia en este proceso”, concluye Anne Traub.
Este análisis fue realizado por Fundación Familias Primero, en base a datos del Informe de Caracterización de la Educación Parvularia 2024 de la Subsecretaría de Educación Parvularia y la Encuesta CASEN 2022.