Estudio de simulación muestra los límites de la “burocracia representativa”
Según la académica del Instituto de Ciencias Sociales de la Universidad de O’Higgins (UOH), Catalina Canals, el estudio denominado “Experimentos de comportamiento sobre representación activa basados en simulaciones” puso a prueba el principio de “burocracia representativa”, sobre el cual se espera que una determinada población resulte beneficiada dentro de la gestión pública, cuando esta es atendida por personas de su misma identidad étnica o de género.
Canals, quien formó equipo con los investigadores de Estados Unidos, Spiro Maroulis, Stuart Bretschneider y Brian Seo, explica que este estudio -utilizando simulación computacional- consistió en ubicar a los participantes en el rol de gestores de un servicio de salud dentro de una red, debiendo decidir cómo distribuían a los trabajadores entre su propio servicio y los otros. Esto, en un contexto donde la población atendida por la red de salud podía variar en términos étnicos y de género, pudiendo coincidir o no con la identidad del participante.
Se esperaba que la identidad compartida generara solidaridad por afinidad, compartiendo más trabajadores a los otros servicios de salud, pero la evidencia no respaldó esta hipótesis general.
“Por el contrario, no encontramos evidencia de que los participantes beneficiaran más a la población de su propia etnia o género. Esto sugiere que la construcción de identidades es compleja y, por ende, ser de un mismo género o grupo étnico puede no ser suficiente para generar un sentido de identidad común que promueva mayor solidaridad y mejor desempeño, en este caso, en la red de salud en su conjunto”, sostiene la académica.
Patrón en mujeres afrodescendientes
Por otro lado, si bien no se encontró que los administradores de salud pudieran asignar más trabajadores al resto de la red cuando coincidieran en género o etnia con la población atendida, se observó un patrón particular solo en mujeres afrodescendientes, según destaca la investigadora.
“Los hallazgos muestran que las mujeres afrodescendientes tendieron a favorecer a su propio servicio cuando la población atendida coincidía con su género y etnia. Esta interacción evidencia que la intersección de género y grupo étnico puede ser importante para la construcción de identidades”, describe la científica.
Hacia nuevas exploraciones
La Doctora en Ingeniería de Sistemas Complejos, cree que al poner a prueba el principio de representación burocrática se abren nuevas vías para explorar la relación entre identidad y toma de decisiones en la administración pública, con la cual se pueden proyectar futuros análisis en contextos donde la población atendida sea más diversa, y con distintos intereses.
“En ese sentido, se podrían realizar experimentos que consideren cómo la distribución de recursos puede favorecer a ciertos grupos, y eventualmente perjudicar a otros. Es decir, ¿cómo la identidad afecta las decisiones cuando el beneficiar a una población particular puede perjudicar a otro?”, propone la investigadora, adelantándose a posibles escenarios.