Los sarcomas: un insidioso tipo de cáncer.
Por Dr. Franco Lotito C. – Académico, escritor e investigador (PUC-UACh)
Señalemos, primero que todo, que cada 13 de julio se conmemora el “Día Internacional del Sarcoma”, un tipo de cáncer que se produce tanto en los niños y adolescentes, como así también en las personas adultas, siendo una enfermedad que se desarrolla en los huesos y en los tejidos conectivos –o tejidos blandos– del organismo, tales como en la grasa, tejidos fibrosos, nervios, vasos sanguíneos, revestimiento de las articulaciones, los músculos, etc., dando origen al “sarcoma de tejidos blandos”.
No obstante, que en una parte importante de los casos se desconoce la causa que origina el sarcoma, los antecedentes familiares de las personas, los cambios o mutaciones en el ADN de las células, el hecho de estar sometido a la exposición de herbicidas y/o de diversos productos químicos de uso industrial presentes en el medio ambiente que causan cáncer, o bien, la exposición a radiación, pueden incrementar el riesgo de padecer este tipo de cáncer. Es así, por ejemplo, que los tratamientos radiológicos contra el cáncer, pueden, más adelante dar origen a diversos tipos de sarcoma.
De acuerdo con un informe de la Sociedad Española de Oncología Médica “los sarcomas son un grupo heterogéneo de tumores que pueden aparecer a partir de distintos tejidos y en diversas partes del cuerpo”. De acuerdo con este informe, existirían dos grandes grupos: los “sarcomas de partes blandas” (SPB) que se desarrollan en los tejidos blandos del organismo como los músculos, tendones, grasa, etc., y “los sarcomas óseos”, osteosarcomas o del esqueleto, los cuales, si bien son infrecuentes, afectan, sobre todo, a niños y adolescentes.
Por otro lado, los “tumores del estroma gastrointestinal” (GIST, por sus siglas en inglés), o sarcomas del tubo digestivo, serían técnicamente sarcomas de partes blandas, pero desde el punto de vista netamente médico se consideran aparte por sus características diagnósticas y terapéuticas especiales.
En términos generales, los seres humanos están expuestos a desarrollar una de las más de 150 variedades de sarcomas reconocidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS). No obstante que el sarcoma puede aparecer en cualquier parte del organismo, aproximadamente el 60% de los sarcomas aparece en brazos o piernas, el 30% en tronco o abdomen y el 10% en cabeza o cuello.
Entre los principales signos y síntomas del sarcoma se encuentras los siguientes:
- Una protuberancia que se siente a través de la piel, la cual puede ser dolorosa o no.
- Experimentar dolor en los huesos.
- La fractura inesperada de un hueso, después de una lesión menor, o incluso, sin que exista lesión alguna.
- Dolor abdominal.
- Pérdida de peso que no puede ser explicada por la realización de actividad física o algún tipo de dieta.
De acuerdo con investigadores de la Clínica Mayo, existen algunos factores de riesgo adicionales de padecer sarcoma, tales como: (a) ciertos síndromes heredados que pueden transmitirse de padres a hijos: retinoblastoma familiar, o bien, neurofibromatosis tipo 1, (b) la inflamación crónica causada por una acumulación de líquido linfático (o linfedema) que se produce cuando el sistema linfático está bloqueado o dañado, lo que puede dar origen a un tipo de sarcoma llamado angiosarcoma, (c) la exposición al herpevirus humano 8 (HVH-8) aumenta el riesgo de padecer un tipo de sarcoma llamado “sarcoma de Kaposi” en aquellas personas que tienen su sistema inmunitario muy debilitado.
El cáncer se origina cuando las células comienzan a crecer y diseminarse sin control. Se sabe que casi cualquier célula del cuerpo humano puede convertirse en cáncer y propagarse a otras áreas del organismo. Ahora bien, las personas deben saber que aún cuando existen muchos tipos de tumores de los tejidos blandos, no todos son cancerosos, por cuanto, en los tejidos blandos también se detectan muchos tumores benignos, lo que significa que no es cáncer y que no se pueden propagar a otras partes del cuerpo.
Sin embargo cuando la palabra “sarcoma” forma parte del nombre de una enfermedad, ello significa que el tumor es maligno, es decir, canceroso, en cuyo caso, la recomendación es lograr un rápido diagnóstico y la identificación del tipo de trastorno que afecta a la persona, con la finalidad de iniciar cuanto antes el tratamiento más efectivo posible.
De acuerdo con la Sociedad Americana del Cáncer y los especialistas de la Clínica Mayo, el tratamiento de un sarcoma podría incluir: (a) cirugía: es decir, extirpar todas las células cancerosas, cirugía que puede ser bastante radical, (b) radioterapia: donde se utilizan haces de energía de alta potencia, como rayos X y protones para destruir las células cancerosas, (c) quimioterapia: que consiste en un tratamiento en que se utiliza sustancias químicas para destruir las células cancerosas, (d) terapia dirigida: tratamiento farmacológico que utiliza medicamentos que atacan vulnerabilidades específicas dentro de las células cancerosas, (e) inmunoterapia: tratamiento con medicamentos que utiliza el sistema inmunitario del propio organismo para combatir el cáncer, (f) terapia de ablación: uso de electricidad para calentar las células, o bien de líquido muy frío para congelar las células, o también uso de ondas de ultrasonido de alta frecuencia para dañar las células cancerosas.
Un tema demasiado relevante como para no prestarle toda la atención que se merece, especialmente, cuando la salud y el bienestar de las personas pudiese estar en riesgo.