Primer proyecto de cultivo de cochayuyo en Chile abre camino a la diversificación de la acuicultura nacional
El cochayuyo es un alga típica de las costas chilenas, presentando un alto valor nutricional para el ser humano, destacando sus vitaminas, hierro, fibra, antioxidantes, calcio, alginato, entre otros; y también por la presencia de biomoléculas que pueden actuar como anticolesterolémicos o mejorar la absorción de carbohidratos y pigmentos que favorecen el sistema inmunitario, siendo para algunos un superalimento. Estas características nutricionales, convierten al cochayuyo en un atractivo alimento funcional que, a través de su cultivo, permitiría diversificar la obtención de biomasa de manera sustentable y agregar valor al recurso. Al respecto, la ONU destaca que la acuicultura mediante una gestión sostenible, podría tener un efecto transformador en la forma en que alimentamos a la población mundial.
Así, el logro de las primeras plantas cultivadas en Chile de Durvillaea incurvata, cochayuyo, en sistemas suspendidos tipo long-line, representa un hito en la investigación y desarrollo del cultivo de algas pardas endémicas en el sur de Chile. Así lo señala el director del proyecto FONDEF (ID20I10354) de investigación y desarrollo del programa IDEA Dr. Alfonso Gutiérrez, investigador del Centro i ̴ mar de la Universidad de Los Lagos: “El objetivo de la iniciativa científica tecnológica consiste en identificar ecotipos de D. incurvata a escala geográfica que difieran en características biomoleculares funcionales entre poblaciones naturales desde la región de Valparaíso hasta la región de Los Lagos, para dar valor agregado a la biomasa de su cultivo en hatchery y mar”.
El proyecto es liderado por la Universidad de Los Lagos como institución principal y el Instituto de Fomento Pesquero, contando además con dos empresas socias contraparte: Seaweed Place SPA dedicada al desarrollo de algas para consumo humano y Cultivos Cholche dedicada al cultivo de ostras, ostiones, choritos y algas.
“Hace algunos años atrás lo hicimos con Macrocystis pyrifera, el huiro, cultivando esta especie por primera vez en Chiloé, ahora hemos logrado producir plántulas de cochayuyo en laboratorio bajo condiciones contraladas, lo que conlleva reconocer y recolectar material reproductivo de praderas naturales que es trasladado a un laboratorio para identificar el sexo y determinar su estado reproductivo. Luego de la fecundación, los pequeños embriones pueden ser cultivados en diferentes recipientes en free-floating (flotando en el agua) o en su defecto se pueden fijar en algún tipo de sustrato. Luego las pequeñas plántulas son mantenidas en laboratorio bajo condiciones controladas de temperatura, salinidad, luz y nutrientes. Posteriormente, y dependiendo de la época del año y el lugar, las pequeñas plantas pueden ser instaladas en sistemas horizontales suspendidos de cultivo tipo long-line, logrando actualmente la primera etapa de su cultivo en el mar”, comentó el Dr. Gutiérrez.
Por su parte, el Dr. Luis Henríquez, investigador de IFOP, destaca que “la generación de bases científicas para optimizar la producción de plántulas de cochayuyo, representa un aporte a la política de diversificación de la acuicultura y repoblamiento de algas en Chile. El desembarque anual de cochayuyo ha ido aumentando según Sernapesca: 6.048 toneladas fueron desembarcadas el 2010, llegando a 7.709 toneladas el 2020, con máximos el 2018 de 11.458 toneladas. Consecuentemente, y debido a la alta presión de extracción sobre el cochayuyo en algunas localidades del país, la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura ha decretado por primera vez una veda durante el año 2015 y 2017, orientadas a proteger estados juveniles y reproductivos. En este sentido, el cultivo de esta especie representa una oportunidad real para disminuir la presión extractiva sobre las poblaciones naturales”.
Finalmente, Sandra Ríos, Directora de investigación de la Universidad de Los Lagos, señaló que este proyecto tiene una importancia estratégica tanto para la región como para la Universidad, ya que es primera vez en que se demuestra científicamente que es posible el cultivo de cochayuyo en las costas chilenas.
“Demostrar científicamente este cultivo significa otorgar una alternativa más para la diversificación del espectro acuícola regional, y así fortalecer las alternativas de la acuicultura en general y a pequeña escala, mejorando con ello los ingresos de los pescadores artesanales de nuestro territorio y ampliando la matriz alimentaria de nuestros habitantes”, sostuvo la académica.