Radiografía a la sexualidad de los chilenos: Insatisfacción, baja utilización de anticonceptivos
El fin de los confinamientos obligados por la pandemia por COVID-19 han dejado al descubierto importantes datos del comportamiento de los chilenos en diversas áreas de la sociedad, es aquí donde GfK – consultora global que ofrece conocimiento a partir de datos y perspectivas- ha podido investigar y analizar información relevante respecto de la población chilena, datos que comparten en su reconocido estudio Chile3D.
Bajo esta perspectiva, la actividad sexual de los chilenos no puede quedar al margen, y a propósito del Día Internacional del Sexo que se conmemora este martes 6 de septiembre, GfK ha elaborado un robusto estudio que abarcó 4 mil encuestados que aceptaron responder consultas sobre sexualidad, de todos los grupos socioeconómicos y de las principales cuidades del país.
Partiendo de la base que un 69% de los consultados declara tener una vida sexual activa, pre y post cuarentenas, solo un 56% de los consultados se declara de acuerdo con la afirmación: “Me gustaría tener más sexo del que tengo actualmente”.
La menor satisfacción es prevalente en hombres (63%) respecto de las mujeres (49%), lo mismo en quienes están en pareja (66%) a diferencia de los solteros (53%).
Respecto de la satisfacción en la relación sexual, menos de la mitad de las personas sostiene haber llegado al orgasmo con facilidad (43%), y de ellos, un 48% son hombres y sólo un 38% son mujeres. De las mujeres que no llegan al orgasmo, un 23% fingen tenerlo ante su pareja.
Ante este escenario, en los últimos años y especialmente en tiempos de cuarentena por la pandemia, aumentó de manera considerable el interés por experimentar y probar métodos lúdicos en el ámbito sexual.
El uso de lubricantes pasó de un 22% de uso en 2017 a 48% en 2022 (+26pp), el sexting (fotos, chats y sexo virtual) creció de un 13% a un 33% en el mismo periodo, los juguetes eróticos aumentaron en su uso de un 13% a un 28% en cinco años, los disfraces pasaron de un 13% a un 19% y el uso de viagra de un 8% al 16%.
En general el hombre admite con mayor frecuencia el uso de algunos de estos métodos, incluyendo Apps de encuentros y tríos, mientras que las mujeres se declaran usuarios de juguetes y disfraces en su vida sexual
Finalmente, cuando ya nada funciona, el 34% reconoce haber sido infiel, situación mayoritaria en hombres (41% v/s el 27% de las mujeres), mayores de 57 y mayoritariamente de estrato social ABC1.
Las diferencias de mirada sobre el sexo se comienzan a verificar en las diversas generaciones etarias, especialmente en las dos más jóvenes: La Generación Z (nacidos entre 1997 y 2000) presenta mayor preocupación por el uso de anticonceptivos (76%), versus el 56% de los Millenials (nacidos entre 1981 y 1993). La Generación Z está más abierta a probar con ambos sexos (16%), a diferencia del 5% de los Millenials en este punto.
En términos globales, el 91% opta por tener relaciones con personas de sexo opuesto (93% en 2019).
El estudio revela una importante baja en uso de algún método anticonceptivo, de un 70% en 2019 a un 53% en 2022, siendo más prevalente en los hombres con descenso de 19 puntos porcentuales (pp), versus las mujeres (-7pp). El condón (23%) y las pastillas anticonceptivas (15%) siguen siendo los principales métodos, pero con sustantivas caídas respecto de 2019 cuando llegaba al 35% y 24% respectivamente.
El dato preocupante surge al consultar sobre el interés o preocupación por realizarse exámenes para detectar enfermedades de transmisión sexual. Un 52% de los encuestados admite no estar preocupado por hacerse chequeos en este sentido. Sólo un 19% de hombres sí se los realiza, mientras que un 31% de las mujeres consulta por su salud sexual.
Al respecto, Sebastián Medina, director de investigación en GfK, reflexiona: “Durante los últimos años se ve una clara apertura por parte de los chilenos en relación con su vida sexual. Cada vez se encuentran más dispuestos a arriesgarse y probar nuevas experiencias, sumando juguetes y disfraces; incluso en momentos donde las medidas de confinamiento no permitían mayores contactos, encontraron la forma a través de sexting. No obstante, los últimos años de pandemia también trajeron consecuencias negativas, como la disminución significativa de la prevención y control de enfermedades de transmisión sexual. En tiempos donde el foco se centraba en el cuidado frente al COVID-19, la salud sexual pasó a un segundo plano, con menor uso de preservativos y baja frecuencia de realización de exámenes para detectar este tipo de enfermedades. El desafío en estos nuevos tiempos es como compatibilizamos una vida sexual satisfactoria, sin perder la responsabilidad en el cuidado personal y del otro”.