Corte de Valdivia declara competente al Segundo Juzgado de Letras de Osorno en causa por parricidio
La Corte de Apelaciones de Valdivia dirimió la contienda de competencia trabada entre el Primer y el Segundo Juzgado de Letras de Osorno para continuar con la tramitación de una causa por parricidio. Ilícito perpetrado en 1998, en dicha ciudad.
En fallo unánime (causa rol 939-2022), la Primera Sala del tribunal de alzada –integrada por las ministras Marcia Undurraga Jensen, Maria Soledad Piñeiro Fuenzalida y el abogado (i) Juan Carlos Vidal Etcheverry– determinó que le corresponde al Segundo Juzgado de Letras de Osorno, al haber sido el que primero tomó conocimiento del caso, al recibir la denuncia por presunta desgracia efectuada por familiares de la víctima en 2007.
“Que, se ha trabado contienda de competencia entre los Juzgados de Letras de Osorno, en orden a determinar qué Tribunal es competente para conocer la presente causa. El Primer Juzgado de Letras estima que es incompetente en razón que el otro tribunal de la misma ciudad tomó conocimiento previamente de la presunta desgracia de quien sería la víctima de autos, mientras que el Segundo Juzgado de Letras considera que se trata de un delito distinto”, plantea el fallo.
Para el tribunal de alzada, en la especie: “(…) conforme al mérito de los antecedentes, la denuncia realizada el año 2007 por la presunta desgracia de doña Marisol Irma Abello Macilla, aparece necesariamente relacionada con los hechos que se investigan en la presente causa”.
“Y visto, además, lo dispuesto en los artículos 109, 112 y 157 del Código Orgánico de Tribunales, se declara que es competente para conocer del delito investigado el Segundo Juzgado de Letras de Osorno, a quien se le remitirán estos antecedentes”, ordena.
La causa se reactivó el 5 de junio de 2022, jornada en la que una de las hijas del matrimonio conformado por Marisol Irma Abello Macilla y Carlos Silva Mancilla, concurrió hasta la Policía de Investigaciones para dar cuenta que su padre había confesado que le dio muerte a su madre en 1998 y que les hizo creer a todos que se había marchado con otro hombre.
Los restos de la víctima fueron encontrados en una caballeriza del Club de Campo de Osorno, ubicado a dos kilómetros de la Ruta 215, que une la ciudad con Pulluehue, lugar en el que su cónyuge confesó que la había enterrado.