Corporación Pilmaiquén exige la renuncia del Director General de Carabineros y creación de nuevo cuerpo policial.
Con estupor e indignación hemos visto las imágenes de un funcionario de Carabineros lanzando al cauce del rio Mapocho a un menor de edad que se encontraba participando en manifestaciones ciudadanas legítimas en cualquier sociedad democrática.
No conforme con perpetrar el delito (que la justicia ha tipificado como “homicidio frustrado, negativa maliciosa de protección y encubrimiento”), carabineros no le presta auxilio y luego realiza una serie de maniobras y acciones para negar y encubrir el hecho, lo que ha sido algo habitual en el actuar de los mandos policiales ante casos de violaciones a los derechos humanos.
El lanzar a una persona al cauce de un río por parte de la policía uniformada no es ninguna novedad, baste recordar que el mismo río Mapocho y nuestro río Pilmaiquén fueron utilizados para asesinar y/o lanzar cuerpos de seres humanos, estando directamente involucrados funcionarios en servicio activo de carabineros, en muchos de estos casos.
Las miles de denuncias, incrementadas a partir de octubre del 2019, los actos de corrupción al interior de la institución, el permanente encubrimiento a las sistemáticas violaciones a los derechos humanos cometidas por la policía uniformada son razones más que suficientes para que el director General de Carabineros señor Mario Rozas presente su renuncia. El señor Rozas tiene responsabilidad de mando y política en estos hechos que involucran a un joven carabinero de 22 años que, claramente no ha recibido formación adecuada para labores de orden público.
Se hace urgente cambiar la conducta de carabineros, un cuerpo policial que fue creado y tiene por misión defender a la población y que en los hechos se han transformado en sus agresores cuando se trata del ejercicio a la libertad de expresión y reunión. Es evidente que se hace necesario efectuar una profunda reestructuración de la institución o derechamente avanzar hacia la creación de un nuevo cuerpo policial acorde a los estándares internacionales con una efectiva formación en derechos humanos y con mecanismos de control reales y transparentes tanto internos como externos.
Llamamos a las y los funcionarios de Carabineros de Chile, que tienen sus manos limpias, (que son la inmensa mayoría de la institución) a respetar el derecho a manifestarse de la ciudadanía, a denunciar los abusos de sus mandos y de quienes se han alejado del cumplimiento de su deber. Les pedimos, les exigimos: DEJEN DE REPRIMIR AL PUEBLO.