Especialistas entregan recomendaciones para prevenir enfermedades al corazón
En el último tiempo ha tomado importancia en la agenda el cuidado del corazón. De hecho, se calcula que en los últimos años cerca del 30% del total de defunciones anuales en Chile se deben a enfermedades cardíacas o cardiovasculares, siendo una de las principales causas de muerte tanto en el país como en el mundo.
En este contexto, y considerando que agosto es el mes del corazón, el decano de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Autónoma, Dr. Luis Castillo, expresó que “es muy importante que las personas, en general, tomen conciencia que estamos insertos en un estilo de vida ajetreado e intenso. Por esta razón, y para evitar dolencias, es importante que consideremos una alimentación saludable, una actividad física constante, peso y alimentación saludable. A esto se suman también, casi como un imperativo, la necesidad de dejar de fumar y evitar el humo de otros fumadores. Por otro lado, es importante que las personas controlen su colesterol y la presión arterial, además de controlar el estrés que también aumenta el riesgo de enfermedades al corazón”.
En tanto la jefa de la unidad de Salud Pública y académica de la Universidad Autónoma, Dra. Karla Rubilar, indica que “cuidar el corazón es fundamental porque es uno de los órganos más vitales del cuerpo humano. El corazón desempeña un papel crucial en la circulación sanguínea, bombeando sangre rica en oxígeno y nutrientes a todas las células y tejidos del cuerpo, y luego llevando la sangre desoxigenada de vuelta a los pulmones para recibir oxígeno nuevamente”.
¿Qué es un infarto al miocardio?
Tanto Castillo como Rubilar explican que un infarto al miocardio, también conocido como ataque al corazón, es una condición médica grave en la cual el flujo de sangre hacia una parte del músculo cardíaco (miocardio) se ve bloqueado o reducido de manera significativa. Esto suele ocurrir debido a la formación de un coágulo sanguíneo en una arteria coronaria, que es la arteria encargada de suministrar sangre rica en oxígeno al corazón.
La falta de flujo sanguíneo adecuado puede causar daño o muerte a las células del miocardio, lo que puede llevar a una serie de síntomas potencialmente peligrosos, como dolor en el pecho (angina), sudoración excesiva, dificultad para respirar, náuseas, vómitos e incluso pérdida de la conciencia. Si no se trata de manera rápida y efectiva, un infarto al miocardio puede tener consecuencias graves, incluyendo insuficiencia cardíaca, arritmias potencialmente mortales e incluso la muerte.
El tratamiento de un infarto al miocardio suele involucrar la restauración del flujo sanguíneo mediante la disolución del coágulo con medicamentos trombolíticos o mediante la realización de una angioplastia coronaria, que es un procedimiento en el que se utiliza un catéter para abrir la arteria bloqueada y colocar un stent para mantenerla abierta. La rehabilitación cardíaca y la