Una pausa entre el colegio y la universidad: alternativa para definir el futuro profesional
Muchos estudiantes que finalizan su etapa escolar no ingresan inmediatamente a la educación superior y se toman un tiempo, período de transición en el que tienen la oportunidad de explorar intereses, desarrollar nuevas habilidades y/o tomar decisiones informadas sobre su futuro académico y/o profesional.
El psicólogo y docente de la Escuela de Ciencias Sociales de la Universidad de O’Higgins (UOH), Cristian Donoso, explica lo bueno y malo de tomar este espacio. “Es un tiempo positivo y suficiente para la reflexión, el desarrollo de la madurez personal y la realización de actividades como el voluntariado, el deporte, las artes, el cuidado de la salud mental y física”, asegura.
Repara sí que, si este periodo de tiempo no se organiza eficientemente, “puede traer consigo pérdida del ritmo académico, desorientación por la falta de un plan claro y también puede haber presión social por no comenzar una carrera de inmediato”.
El psicólogo agrega que “si todo se agudiza con el pasar del tiempo, es importante solicitar ayuda profesional, ya sea a un/a orientador/a vocacional y/o psicólogo/a”.
Pero, este período de transición bien aprovechado, podría “definir adecuadamente qué hacer en el futuro”, puntualiza Donoso. “Puede ser una experiencia muy útil para asentar objetivos y metas, sobre todo desarrollar una mejor autonomía respecto de compromisos como el preuniversitario, donde todo funciona por autorregulación”, agrega el profesional.
Todo esto debe ir de la mano con “el apoyo familiar, que debe ser sin críticas ni presiones, comparaciones o comentarios negativos. Es decir, entregar mucho respeto por el proceso personal que vive el/la joven”.
Algunos Tips
El experto indica que este periodo es preciso para explorar intereses y habilidades. “Participar en actividades de aprendizaje informal, como cursos online o talleres que permitan probar varios ámbitos de interés para confirmar o descartar afinidades. También es tiempo adecuado para investigar sobre diferentes carreras universitarias u otras opciones de formación, además de asistir a ferias universitarias y/o técnico/profesionales, y -si es posible- visitar las instalaciones de algún centro de formación de su interés”, detalla.
El docente agrega que, a la hora de planificar actividades, la organización de éstas siempre será fundamental para contribuir al logro de cualquier meta que se desee, “pues permite que tengamos ideas claras y concretas sobre los pasos que necesitamos completar para llegar a un objetivo”.
Buscar apoyo, también es necesario. “Hablar con la familia, amigos/as, profesores/as u orientadores/as vocacionales, quienes pueden entregar otros puntos de vista y aportarnos con el relato de sus experiencias personales que contribuyan a un mejor análisis de una situación o a tomar mejores decisiones. Es importante tener apertura a los comentarios externos en este período, siempre que no sean dañinos o negativos”, indica el docente.
“A veces otra persona nos puede hacer observar otras opciones, como otras carreras u otras universidades, es decir, cambiar nuestro punto de vista y abrirnos a posibilidades que no habíamos contemplado antes”, precisa.
Es necesario también ser flexible y adaptarse a los cambios que puedan surgir ante cualquier plan. “Experimentar y probar cosas nuevas, a fin de explotar al máximo el acercamiento con diferentes experiencias vocacionales, aprovechando que en el año de transición es para conocer y tener la posibilidad de equivocarse también”, agrega el profesional.
Respecto a las dudas que puedan surgir, sobre qué estudiar o si es necesario realizar un preuniversitario, todo dependerá de las necesidades y objetivos académicos. “En el caso de qué estudiar, lo mejor será tener la mayor cantidad de aproximaciones a diferentes áreas de interés, desde cursos informales hasta conversaciones con personas que estén estudiando la carrera deseada o incluso con recién egresados/as. A ello también suma el participar en diferentes talleres y otras instancias para saber qué es lo que puede despertar nuestros intereses”, indica el psicólogo.
Respecto al preuniversitario, éste sólo puede ser útil si existe un compromiso previo, consciente y voluntario de mejora continua, “pues de otro modo pueden experimentarse sentimientos de desgano y desconexión por sentirse como una actividad obligada”, finaliza Donoso.