Cuando la verdad del Estado ya no alcanza
Por Hugo Covarrubias – Trabajador Social y académico U.Central
Este año celebramos el centenario de trabajo Social, una disciplina que aboga por transformaciones sociales, son 100 de un constante devenir de cambios, avances societales y en algunas ocasiones estancamiento o retroceso.
El filósofo Alain Badiou, nos expresa que estamos viviendo un tiempo, en el cual, el Estado ya no es productor de una verdad colectiva, ya que las narrativas que antes organizaban el bien común, como la ciudadanía, la colaboración, la justicia social, entre otros eslóganes han perdido fuerza tanto en la forma como el fondo. Incluso, se ve a los que están aspirando al poder, una orfandad simbólica y afectiva a la realidad que viven las personas, ergo una desconexión peligrosa.
Desde el trabajo social reconocemos que este quiebre se presenta con nitidez en los territorios, según los últimos datos de la encuesta Casen (2022), el 10,8% de la población en Chile vive en situación de pobreza por ingresos, mientras que el 16,9% en pobreza multidimensional, es decir, afectada por carencias simultáneas en salud, educación, trabajo, vivienda y entorno. Estos no son solo indicadores: son biografías truncadas, historias que desmienten cada promesa de igualdad ante la ley.
Badiou sugiere que el desastre no es solo material, sino de sentido: una era en que las palabras del Estado ya no tienen peso, y donde el mercado, como nuevo soberano, impone su lenguaje como única medida de valor. En este escenario, carreras profesionales como el Trabajo Social deben evitar replicar esa lógica de despolitización. En cambio, deben ser una praxis crítica, que devuelva agencia, narración y memoria a los excluidos del relato oficial.
En síntesis, en Chile se celebran los 100 años de esta profesión, en el semanario XXIV crisis civilizatoria, luchas contra hegemónicas y proyectos emancipatorios, miles de profesionales de Latinoamérica, entre el 13 al 15 de octubre, estarán en nuestro Santiago, la sede principal será la Universidad Central de Chile, en pleno centro de nuestra capital. Con el fin, quizás, como bien apunta Badiou, si la verdad del Estado ha colapsado, entonces tal vez nos toca reconstruirla desde abajo, desde los territorios, desde el trabajo social situado, crítico y reflexivo.