Implante subdérmico: lo que sí y lo que no sobre peso, fertilidad y seguridad
El implante subdérmico es uno de los métodos anticonceptivos más efectivos y cómodos disponibles hoy, pero aún enfrenta una serie de mitos que generan dudas y desinformación. Desde el aumento de peso hasta supuestos efectos permanentes sobre la fertilidad, siguen siendo un fantasma para este método, ante lo cual los especialistas llaman a informarse con evidencia y a buscar acompañamiento profesional.
“La idea de que el implante engorda por sí solo no es correcta”, explica Victoria Cancino, matrona de DKT. “Los estudios muestran que solo 2 de cada 10 mujeres podrían experimentar un aumento de peso leve —entre 3 y 5 kilos en cinco años— y esto se asocia más a cambios en el apetito y la ansiedad que al implante en sí. No es el método el que provoca el aumento, sino cómo el cuerpo responde y los hábitos asociados”.
Otro de los mitos frecuentes es que el implante afecta la fertilidad a largo plazo. “Eso no es real”, enfatiza Cancino. “Tras retirar el implante, los niveles hormonales desaparecen del organismo en un par de días. El ciclo menstrual suele regularizarse en aproximadamente un mes y la recuperación de la fertilidad es rápida”. De hecho, según datos de DKT, el 80% de las pacientes queda embarazada o tiene su primer bebé dentro del año posterior a la extracción.
¿Para quién está indicado?
Contrario a la creencia de que es solo para adolescentes, el implante subdérmico puede ser utilizado por mujeres en edad fértil, sin importar edad o peso. “Tiene una sola hormona, lo que lo hace compatible con la lactancia y seguro para mujeres fumadoras”, señala la matrona. “Se habla mucho del implante en adolescentes porque es muy eficaz y no depende del olvido del usuario, pero está indicado para cualquier persona”.
Un procedimiento simple y seguro
La instalación del implante es rápida y ambulatoria. “No requiere pabellón ni hospitalización. Se coloca con anestesia local, en la parte interna del brazo, mediante un pequeño procedimiento que dura entre 15 y 20 minutos”, detalla Cancino. El dispositivo queda fijo bajo la piel, no se desplaza por el cuerpo y puede durar entre tres y cinco años, según el tipo.
Actualmente, en el sistema público el implante está disponible de forma gratuita, sujeto a stock del centro de salud. En el ámbito privado, el costo incluye la consulta y el procedimiento de colocación, retiro o recambio.
Como todo método, existen contraindicaciones específicas. “No se recomienda en casos de sangrados anormales no estudiados, ciertas patologías hepáticas o antecedentes de trombosis”, aclara la especialista.
Finalmente, Cancino subraya la importancia de la información confiable: “Elegir un método anticonceptivo debe ser una decisión informada, acompañada por un profesional de la salud. Derribar mitos es clave para que cada persona elija lo que mejor se adapte a su cuerpo y a su etapa de vida”.
