La Argentina morena en acción.

Por Bernardo Candia Henríquez, Alcalde San Juan de la Costa

La historia de Argentina nos demuestra que a fines del siglo XIX y gran parte del siglo XX era unos de los países más desarrollados del orbe en infraestructura urbana; en lo económico; en lo cultural; en lo social y también con cierta estabilidad política, lo que le permitió ser considerado como uno de los países más atractivos para vivir.

Hoy, tiene una población de 46 millones de habitantes y de acuerdo con los datos estadísticos con un nivel de pobreza que estaría en un 45%, es decir aproximadamente 18 millones de personas bajo este indicador; y adicionalmente con una inflación interanual de un 113% lo que refleja un escenario muy complejo para nuestros hermanos argentinos.

Es en este contexto donde se llevan a cabo las elecciones presidenciales en el vecino país, un país polarizado en donde tres candidatos pasaron a estar en la papeleta: Javier Milei, del pacto La Libertad Avanza (30%); Patricia Bullrich, de Juntos por el Cambio (28%) y Sergio Massa, de Unión por la Patria (27%).

Es en este ambiente eleccionario que el pasado 26 de agosto hubo un piquete o marcha en Buenos Aires que partía en el obelisco y terminaba en el ministerio de economía, cargo que actualmente ostenta Sergio Massa, candidato del peronismo.

Lo que llamó mi atención fue el tipo de demanda que solicitaban al ministro y el nivel de organización del movimiento. Básicamente, pedían un reajuste de programas sociales, y en la organización, estaba muy bien financiada y además existían personas que cumplían el rol de resguardar la marcha o piquete quienes usaban un peto rojo o blanco, además de apoyo logístico.

Era una marcha de la Argentina morena. Miles de personas que ocupaban más de 12 cuadras. Una marcha para mostrar fuerza electoral y control de masas poblacionales, según algunos, para generar miedo en la población que debe decidir entre las tres alternativas que aparecerán en la papeleta en octubre.

Quien organizaba la marcha era el denominado polo obrero y sus pancartas tenían la imagen del che Guevara. Sus adversarios de la calle representaban a esa otra Argentina blanca quienes alegaban que eran los que trabajaban para mantener este clientelismo político del peronismo trasnochado.

Sin dudas que estas elecciones en la argentina serán duras y de mucha discusión, un país que muestra un deterioro en su convivencia, pero también muchas carencias en infraestructura y dinamismo económico. No se escucha hablar de política habitacional o de salud, se habla que la educación pública es de muy mala calidad.

Todo esto será parte del escenario político que observaremos desde septiembre hasta las elecciones de octubre. Sólo le deseo lo mejor para la Argentina y su democracia.

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