Personas adictas a las redes sociales
Por Dr. Franco Lotito C. – www.aurigaservicios.cl – Académico, escritor e investigador (PUC-UACh)
Internet y el uso de las redes sociales mantienen un estrecho y fuerte vínculo entre sí, a tal punto, que hoy en día, se hace imposible romper esta relación, especialmente, porque vive un auge imparable que tiene a cientos de millones de personas –por no decir miles de millones– interactuando segundo a segundo con esta gigantesca red de conexiones.
La absoluta mayoría de las personas participa activamente en diversas redes sociales –Facebook, Instagram, Twitter (ahora X), TikTok, LinkedIn, YouTube, etc.– realidad que hace un tanto dificultoso tratar de identificar o detectar una “adicción a las redes sociales”, un trastorno que cae dentro de lo que se denomina “adicciones sociales”.
A diferencia de una adicción a sustancias como las drogas, tabaco o alcohol, las adicciones sociales son sutiles y más difíciles de identificar, por cuanto, al ser una conducta que es aceptada socialmente, resulta muy fácil caer en la negación y/o en la minimización del problema, condición que determina que sólo la propia persona pueda estimar si ella tiene o no, un problema de adicción a las redes sociales.
En este contexto, el terapeuta y especialista en traumas neuroafectivos de origen español, Ignacio Parra, ha desarrollado una “guía de auto-indagación” para que la propia persona pueda establecer por sí misma si está sufriendo un problema de adicción a las redes sociales. Algunas de las preguntas que la persona debe hacerse son las siguientes:
¿Pierdo el control acerca de la cantidad de horas que destino a las redes sociales? ¿Pierdo la noción del tiempo y me quedo pegado como en “otro mundo”? ¿Hago grandes esfuerzos para evitar entrar en las redes sociales y, a pesar de todo, vuelvo a caer en la tentación? ¿Hago uso de las redes sociales para evadirme de la realidad cotidiana? ¿Rompo la promesa de no pasar tanto tiempo conectado a las redes sociales? ¿Pierdo oportunidades que podrían mejorar mi vida y hacerme prosperar como persona? ¿Siento que estoy desperdiciando mi tiempo de una manera inútil?
La adicción a las redes sociales puede ser causada por una serie de factores que “arrastran” a un individuo hacia esta adicción. Revisemos algunos de estos factores:
- El uso de las redes sociales como protección y huida de la realidad: cuando una persona está experimentando una elevada carga de estrés y ansiedad, las redes sociales le proporcionan una zona de seguridad emocional, ya que mientras navega en Internet, el sujeto experimenta la sensación de vivir en un lugar seguro, donde las preocupaciones no lo pueden afectar. En este sentido, las redes sociales representan un “refugio” seguro donde evadirse de una realidad amenazante.
- Búsqueda de validación: a menudo las redes sociales funcionan como una forma de compensar el dolor emocional como consecuencia de una baja autoestima. Si en el ambiente familiar no se ha recibido suficiente cariño, afecto o aceptación, se activa un vacío afectivo en el individuo, a raíz de lo cual, el sujeto busca en las redes sociales la validación que no encontró en el entorno familiar, siendo una manera de “tapar” ese vacío afectivo. Esta necesidad de sentirse valorado y aceptado impulsa a la persona a conseguir seguidores de sus publicaciones, donde la cantidad de visitas y de likes que tiene su página sirven para compensar la sensación interna de ser un sujeto poco valioso.
- Como sustituto de la intimidad emocional: bajo la protección de la pantalla o de un perfil anónimo, el sujeto comunica aspectos de su vida que no se atrevería a contar en una relación en vivo y en directo, en función de lo cual, las redes sociales se convierten en un medio ideal para manifestar sus verdaderos sentimientos, tales como sus frustraciones, la rabia, los miedos que acosan al sujeto, sus deseos más profundos. Las redes sociales permiten que el sujeto se relacione sin la necesidad de un riesgo emocional o de un fuerte compromiso con otras personas.
- Para construir una nueva identidad: las redes sociales facilitan la construcción de un mundo virtual con infinidad de posibilidades que facilitan el diseño de una nueva identidad, especialmente, cuando la relación con el entorno que rodea al sujeto le genera insatisfacción o le restringe sus vías de autoexpresión. Por el contrario, a través de las redes sociales la persona encuentra la forma de entregar una mejor versión de sí misma, ya que puede adoptar diversos roles y/o diseñar una imagen a su gusto, con la finalidad de configurar la identidad ideal de cómo desearía ser en realidad dicho individuo.
- Como un acelerador emocional: una de las razones más frecuentes para conectarse a las redes sociales, es el aumento de la adrenalina en el sistema nervioso, ya que la interacción con miles de personas de diversos países –o del propio–, así como la novedad continua que entregan las redes sociales determina que se incremente la activación del organismo, ya que este universo visual que está repleto de posibilidades representa un verdadero parque de atracciones sin fin para el cerebro humano: el aburrimiento, la tristeza, el enojo o la frustración se evaporan rápidamente cuando el sujeto ve un nuevo post de alguien a quien sigue o cuando recibe un comentario o un reconocimiento a su persona que eleva su espíritu y su autoestima.
- Como una búsqueda de pertenencia: en una sociedad que cada día se hace más individualista e indiferente hacia los demás, la sensación de pertenecer a un grupo o colectivo representa una fuerte necesidad interna, ya que el sujeto siente que es parte de una “tribu”, que nunca está solo y que existe un lugar donde puede ser incluido y puede escapar del aislamiento. Todos nosotros necesitamos pertenecer afectivamente a algún grupo o institución, a raíz de lo cual, si el sujeto no encuentra esa conexión en la vida real, la realidad virtual se convertirá en la mejor opción para este individuo.
Ahora bien, lidiar con este tipo de adicción no es sencillo, en función de lo cual –y tal como acontece con cualquier otra adicción– hay que encontrar un punto donde el costo que supone la adicción –en este caso, las redes sociales– sea mayor que el beneficio que entrega. Por lo tanto, mientras más consciente sea el sujeto del sufrimiento que le genera su adicción, tanto mayor será la determinación para modificar este patrón de conducta.
Esta “toma de conciencia” es un primer e imprescindible paso para cambiar de rumbo, pero no es suficiente, ya que para salir de la adicción social se requiere de: (a) una fuerte determinación personal, la que debe ir acompañada (b) de un trabajo con un psicoterapeuta especializado y (c) con la elaboración de un plan personal hacia un equilibrio en el uso de las redes sociales que requiere de tres aspectos: limitación del consumo de redes sociales, la sustitución de las redes sociales por otras estrategias vitales (práctica de un deporte, tener un nuevo hobby, plantearse nuevos proyectos, etc.) y, finalmente, implicar a otras personas en la recuperación, ya que querer salir de una adicción por cuenta propia tiene grandes probabilidades de fracaso.