Frío y contaminación ambiental
Por Juan Cristóbal Guerrero – Director Carrera de Kinesiología Universidad San Sebastián Sede De la Patagonia
Según la Encuesta Nacional de Contaminación del Ministerio de Medio Ambiente, el 38,3% de la población considera que la polución del aire es el problema más importante asociado a la contaminación ambiental en Chile, cifra que es similar a la que se muestra en la macrozona sur, por lo que seguramente, un porcentaje mayor de la población va a considerar la contaminación ambiental como un problema serio.
Resulta importante advertir que los episodios de contaminación ambiental más altos se presentan en la madrugada y entre las 18 y 24 horas, cuando las temperaturas son más bajas. Además, debemos considerar que se acerca la temporada de virus respiratorios invernales y muchos de ellos ya tienen un comportamiento que está vinculado a la contaminación del aire.
La pronta llegada del invierno y el frío que hemos sentido por estos días han provocado que inmediatamente se sienta ese olor a humo de leña, tan característico del sur de Chile y signo inequívoco que nuestras estufas han vuelto a funcionar, generando -incluso- episodios de contaminación ambiental que resultarán en medidas como la pre-emergencia y emergencia ambiental. Esto, porque el 80% de la contaminación medioambiental corresponde al uso de las estufas a leña, en todas sus versiones.
Por el momento, el uso de leña de buena calidad (considerando buena calidad como un porcentaje de humedad menor al 20%), podría mejorar el proceso de consumo de la leña, mejorando también el nivel calórico y disminuyendo el material particulado 2,5 -el más pequeño- y el que más afecta la salud pudiendo aumentar las enfermedades respiratorias y cardiorrespiratorias en niños, adultos mayores, mujeres embarazadas y personas con patologías crónicas, entre otras.
El llamado es a conocer cuál es la situación del aire de nuestra ciudad y evitar salir de nuestros hogares en los horarios críticos, evitar la actividad física al aire libre y disminuir la exposición al frio.
Debemos además ser responsables en la calidad y el uso de la leña como medio de calefacción y también ser responsables en el uso de nuestro sistema de salud, acudiendo a los distintos niveles de atención según corresponda el caso.