El poder magnético de los imanes sobre el cerebro humano

Dr. Franco Lotito C. – www.aurigaservicios.cl – Académico, escritor e investigador (PUC-UACh)

Todo lo que hace nuestro extraordinario cerebro depende de complejas redes de neuronas que le permiten controlar una serie de funciones tales como: el habla, los movimientos voluntarios, la memoria, las emociones, el procesamiento y almacenamiento de la información que recibe a través de los sentidos, la resolución de problemas, entre muchas otras importantes funciones. Dicho de manera sintética: el cerebro es el centro de coordinación de las actividades sensoriales e intelectuales.

No obstante lo anterior, nuestro cerebro también puede verse afectado por diversas enfermedades y trastornos que pueden ser muy graves e invalidantes, tales como sufrir severas alteraciones del ánimo, estar afectado por una depresión, experimentar una depresión posparto, sufrir de trastorno bipolar, autismo, distimias, migrañas, etc.

De acuerdo con un informe de junio de 2023 de la Clínica Mayo, un centro de investigación en Rochester, Estados Unidos, hay algunas personas que están afectadas por un severa depresión para las cuales, los tratamientos estándares –como los medicamentes y la psicoterapia– no son eficaces, a raíz de lo cual, estas personas son tratadas por medio de la estimulación magnética transcraneal repetitiva. El mismo método es utilizado para tratar el trastorno obsesivo compulsivo y las migrañas, así como también con el fin de ayudar a las personas  a dejar de fumar cuando otros tratamientos no han dado resultado.

En todos estos casos –y en otros que analizaremos más adelante– la estimulación de las redes neurales por intermedio del uso de impulsos magnéticos viene en ayuda de aquellas personas enfermas, ya que la estimulación magnética penetra en las redes neuronales y permite modificar las respuestas y el comportamiento de las personas afectadas por algún tipo de trastorno como los señalados más arriba.

De acuerdo con los estudios del Dr. Álvaro Pascual-Leone, profesor investigador de la Universidad de Harvard, la “estimulación magnética transcraneal (EMT) es una técnica de neuroestimulación y neuromodulación cerebral segura, no invasiva  e indolora” que se está usando en diversos países como Israel, Canadá y Estados Unidos  como herramienta terapéutica que facilita la reorganización funcional del cerebro y la recuperación clínica de pacientes con problemas de depresión, trastornos obsesivo-compulsivos y otros severos trastornos del ánimo.

En un artículo científico conjunto del Dr. Pascual-Leone y el Dr. Tormos-Muñoz estos investigadores presentaron “evidencias que la EMT repetitiva permite modular la excitabilidad en redes neurales, ofreciendo así opciones terapéuticas en neurología, psiquiatría y rehabilitación”. Con el uso de la estimulación magnética se ha podido aumentar la fluidez verbal, mejorar la memoria,  controlar los pensamientos negativos de las personas depresivas y cambiarlos por pensamientos positivos y de buen humor.

Por otra parte, los investigadores Fidias León-Sarmiento, Elías Granadillo y Edgardo Bayona destacan en uno de sus estudios que la estimulación magnética transcraneal ha llamado la atención de muchos neurocientíficos por la posibilidad de estimular y “controlar” el sistema nervioso de una manera no invasiva, poder realizar diagnósticos médicos más exactos y, por esta vía, estar en condiciones de “aplicar tratamientos y programas de rehabilitación más efectivos en múltiples enfermedades que afectan el sistema nervioso”.

Paralelamente, esta herramienta ha ayudado a develar el alto nivel de complejidad del comportamiento neural, sus conexiones y su modulación plástica. De acuerdo con estos investigadores, “la estimulación magnética aplicada de manera simple o pareada, se ha convertido en una alternativa útil en el diagnóstico de enfermedades como esclerosis múltiple, enfermedad de Parkinson, epilepsia, distonía, esclerosis lateral amiotrófica, enfermedad cerebro vascular, así como trastornos del sueño, entre otras alteraciones”.

Esta técnica no invasiva e indolora consiste en colocar sobre el cráneo de una persona un dispositivo formado por una bobina electromagnética por la que se hace pasar una corriente eléctrica, generando de esta forma un campo magnético que penetra en el cerebro e induce una corriente en el circuito neuronal que es la que se encarga de producir los efectos curativos al estimular las células nerviosas. El efecto dependerá de diversas variables: la zona cerebral en la que se aplique, la frecuencia del campo magnético, la intensidad y el número de sesiones que se realicen.

Ahora bien, tengamos presente que todo lo que hace el cerebro, desde pensar hasta el hecho de experimentar amor por otra persona, depende de complejas redes de neuronas trabajando hacia un mismo objetivo. Los investigadores aseguran que la estimulación magnética transcraneal penetra en esa redes y permite “cambiar y guiar el comportamiento” de las personas.

Desde el mismo instante en que se logra identificar cuál es la red que controla una determinada conducta, es posible actuar sobre ellas. Lo más sorprendente de la EMT, es que el electromagnetismo está en condiciones de potenciar ciertas habilidades de las personas y sacar a la luz talentos escondidos o desconocidos para las personas mismas.

Dos investigadores australianos, Allan Snyder y Elaine Mulcahy, utilizaron el electromagnetismo para detener momentáneamente la actividad del hemisferio cerebral izquierdo –el más racional de los hemisferios– de un grupo de voluntarios y, como si se pulsara “el botón artístico” de estos sujetos, los participantes desplegaron unas habilidades pictóricas insólitas y desconocidas en ellos. Algo realmente extraordinario.

Digamos, finalmente,  que aquella frase que dice “ponte las pilas” tendrá que ser reemplazada muy pronto por la frase “ponte los imanes”.

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